La consulta que enterró a Rafael Correa y que coloca a Lenín Moreno ante un complicado desafío

La consulta popular sepultó el afán correísta de un nuevo mandato. Pero después del funeral le espera al actual Presidente una economía débil, con serios problemas, sobre todo por el elevado déficit fiscal y una abultada deuda

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Correa y Moreno, tras el traspaso de mando y cuando aún eran aliados. El referéndum pasado los separó definitivamente (EFE)
Correa y Moreno, tras el traspaso de mando y cuando aún eran aliados. El referéndum pasado los separó definitivamente (EFE)

El presidente ecuatoriano Lenín Moreno, que llegó a la Presidencia de la mano de Rafael Correa, en un proceso electoral no exento de cuestionamientos y con un vicepresidente ahora encarcelado en un proceso por corrupción en torno al caso Odebrecht, inició el pasado lunes una nueva etapa, tras la consulta popular que realizó el 4 de febrero y que le dio un rotundo respaldo.

Miguel Carvajal, miembro del buró político de Moreno, sostiene que el mandatario tiene un capital político personal y llegó a la Presidencia de Ecuador por mérito propio, pero analistas locales sostienen que al ganar el SI en las siete preguntas, con un promedio de alrededor de 70%, el gobierno de Moreno, de alguna forma, ha sido legitimado y respaldado en su gestión.

"La consulta popular ha sido como una tercera vuelta electoral que ha legitimado a Moreno", dice Luis Espinosa Goded, catedrático de la Universidad San Francisco de Quito.

Pero ese respaldo coyuntural a Moreno no es un cheque en blanco ya que por el SI votaron varios sectores que no votaron por él en las elecciones presidenciales, incluso varios correístas que ahora son disidentes; líderes locales que no quieren perder su poder, gente que votó por el ex candidato derechista Guillermo Lasso y no quiere entrar en alianzas con Moreno, diversos sectores sociales que fueron atacados por Correa, entre otros, por lo que el país andino verá en adelante una larga discusión sobre lo que implica el mandato popular de la consulta.

Lenín Moreno emite su voto durante el referéndum que enterró las aspiraciones presidenciales de Rafael Correa (REUTERS)
Lenín Moreno emite su voto durante el referéndum que enterró las aspiraciones presidenciales de Rafael Correa (REUTERS)

Como había previsto la mayoría de encuestadoras, los ecuatorianos en las urnas cerraron el paso a la pretensión del ex presidente Correa de volver a postularse a la Presidencia en el 2021 y tener la opción de la reelección indefinida, aunque es previsible que continuará como la piedra en el zapato para el Gobierno de su ex amigo, y nada le impediría postular en el futuro para elecciones seccionales o para una curul en la Asamblea Nacional, si su ambición política puede más que su ego, aunque muchos lo ven difícil pues en un sistema como el ecuatoriano el poder reside en la Presidencia.

"Correa, un animal herido"

"Es evidente que el presidente Moreno va a tener un problema con Rafael Correa, un animal herido por haber perdido la consulta", dice Luis Verdesoto, catedrático y analista político. "Correa será un agente de desestabilización importante".

Y parte de ese escenario ya se vio en la semana que termina: los aliados de Correa -un duro crítico de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y que durante su Gobierno la descalificó en innumerables ocasiones- presentaron ante este organismo una demanda tendiente a bloquear la Consulta Popular, que finalmente les fue adversa.

Basada en esa demanda, el 6 de febrero sometieron a la CIDH una solicitud de medidas provisionales, con la finalidad de que ésta ordene a Ecuador se abstenga de implementar la aprobación de la tercera pregunta del referéndum, relativa a la destitución de los actuales miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) que incluyen a los propuestos beneficiarios, así como la creación de la autoridad transitoria y la ejecución de sus funciones, un aspecto clave para lograr la descorreización de un sinnúmero de organismos de control nombrados por el CPCCS.

La Corte no dio paso a la intención y en su decisión, en el párrafo 28, fue clara: "…llama la atención del Tribunal que la Comisión tuvo una solicitud de medidas provisionales bajo su conocimiento por más de un mes y que ésta recién activó el mecanismo de medidas provisionales una vez que ya fuera celebrado el referéndum, es decir después que la ciudadanía expresara su respuesta afirmativa a la pregunta formulada relacionada con el objeto de la solicitud".

Nueva realidad: política y economía débil

Lo que ahora está claro es que en adelante le esperan a Moreno dos grandes retos: entender la nueva realidad política configurada tras la consulta popular, y dar la cara a una débil economía, con serios problemas, sobre todo por el elevado déficit fiscal y la abultada deuda, tanto interna como externa, a más de la amenaza de una posible deflación que se intuye tras las últimas cifras oficiales sobre el comportamiento del índice de precios al consumidor en el país.

Las necesidades de financiamiento este año bordean los $8.000 millones y el endeudamiento, según palabras del propio Moreno, supera el 60% del Producto Interno Bruto. Según el ministro de Finanzas, Carlos de La Torre, no hay entidad pública que no esté endeudada.

Rafael Correa fue el gran perdedor de la consulta popular. Tras su breve paso por Ecuador, retornó a Bélgica donde está radicado (AFP)
Rafael Correa fue el gran perdedor de la consulta popular. Tras su breve paso por Ecuador, retornó a Bélgica donde está radicado (AFP)

En criterio del politólogo Santiago Basabe, Moreno al momento ha superado un escollo importante para su gobierno: la presencia visible de Correa, que tras la consulta popular ha quedado fuera de la arena política del 2021, y ahora tiene dos opciones de gobierno: devolver a Alianza País, su partido político, una visión ideológica de izquierda así como a las raíces de la denominada Revolución Ciudadana, o interpretar los resultados y adoptar una línea de centro, cuidando que los miembros de su gabinete y su equipo de asesores no estén vinculados de forma abierta con Correa y puedan generar consensos para tener una base política y social estable.

A lo anterior debería sumarse un programa económico claro de reformas para la economía, de tal forma que posibilite un panorama estable en lo político, sin los sobresaltos de inestabilidad del pasado y en el cual se consolide la tolerancia, ausente del Gobierno y del país en los últimos 10 años.

En una reciente reunión con corresponsales de prensa extranjera, el Presidente dijo que no pactará con la derecha, aunque la escuchará, pero no se negociará la línea y principios ideológicos.

Carvajal enfatiza que la propuesta de Alianza País ganó las elecciones y el gobierno tendrá la apertura necesaria para escuchar las distintas opiniones y replantear y corregir lo que sea necesario. "Hay que identificar errores y problemas, no hay que taparlos; hay que decirle de cara a la sociedad cuáles son las limitaciones y convocar a la responsabilidad de todos para salir adelante".

Consejo de Participación Ciudadana, clave

Los primeros signos de hacia dónde realmente irá Ecuador se verán con los cambios que se den en el gabinete y en las altas funciones, así como en la conformación del nuevo Consejo de Participación Ciudadana, que podría acrecentar el poder de Moreno.

"Habrá que ver cómo se van a ir ubicando las personas que se tornaron de Correístas a Morenistas y que cuando Correa era presidente encubrían la corrupción y justificaban todas las violaciones de derechos humanos y los abusos; ahora que pasaron a ser morenistas denuncian lo que antes encubrían, pero lo importante será saber –con la conformación del CPCCS- cuánto espacio de participación ciudadana habrá", dice la ex candidata presidencial Martha Roldós.

En medio de la serie de interrogantes parece que está claro que la consulta popular no es el fin sino el principio para definir el futuro de Ecuador, para recuperar la institucionalidad democrática y la independencia de las diferentes funciones del Estado.

"Ecuador, al menos, pasó del poder agrio, malencarado, desagradable y muy autoritario de Correa al poder con buena cara, poco autoritario pero sin ninguna propuesta", dice Espinosa Goded.

 
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