Brasil va a vacunar a más de 20 millones de personas contra la fiebre amarilla para controlar un brote creciente, en lo que fue definido por la Organización Mundial de Salud (OMS) como la mayor campaña en la historia del mundo.
De acuerdo con lo informado por las autoridades sanitarias, la vacunación se hará usando dosis reducidas que proveen protección a corto plazo para más personas con la misma cantidad del medicamento.
La fiebre amarilla es común en Brasil, pero el país registró un brote inusualmente grande el año pasado, incluso en áreas urbanas donde usualmente no se registran casos.
El Ministerio de Salud dijo que se han confirmado 130 casos y que 53 personas han muerto por el brote.
Unas 23,8 millones de personas en los estados de Río de Janeiro, San Pablo y Bahía serán vacunadas en las próximas semanas, la mayoría con dosis reducidas. La OMS dice que esas dosis proveen protección durante al menos 12 meses.
Además, el ministro brasileño de Salud, Ricardo Barros, presentó el viernes una fábrica con la que el país doblará a partir de junio su actual producción de vacunas contra la fiebre amarilla, hasta 8 millones de dosis mensuales.
La planta ubicada en la ciudad de Embu das Artes, en el estado de San Pablo, pertenece a la farmacéutica privada Libbs, que se asoció con el estatal Instituto de Tecnología en Inmunobiológicos (Biomanguinhos), propietario de los derechos sobre el inmunizante, para poder aumentar la producción de una vacuna que Brasil exporta a diferentes países.
Barros inauguró la línea final de producción de la nueva planta de Libbs pero aclaró que, pese a que todos los equipos están listos, la fábrica sólo comenzará a distribuir la vacuna en junio, cuando reciba la licencia definitiva de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa).
"La fábrica ya está produciendo y recibiendo inspecciones de la Anvisa. Hizo las correcciones que le fueron solicitadas y, al final de marzo, está prevista una nueva inspección que puede liberar la producción definitiva. Si eso ocurre, en junio ya estará comercializando sus dosis", afirmó.
Brasil produce actualmente en las plantas de Biomanguinhos, en Río de Janeiro, cuatro millones de dosis mensuales de la vacuna, gran parte de la cuales es exportada para reforzar los inventarios estratégicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Exportamos a la OMS cerca de un millón de dosis por año. La producción es para garantizar el abastecimiento interno. Si la demanda se reduce, usaremos la planta de Biomanguinhos para producir otras vacunas", afirmó.
Con información de AP y de EFE
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