Una corte de apelación brasileña dirá este miércoles si el ex presidente Lula es culpable de corrupción, en un fallo que puede dejarlo fuera de las elecciones de octubre. El primer juez en pronunciarse, João Pedro Gebran Neto, avaló el fallo de Sérgio Moro y sugirió que el ex presidente pase 12 años y un mes en la cárcel.
El ex mandatario (2003-2010) se somete al dictamen de los tres magistrados que integran la octava sala del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4) de Porto Alegre. Ellos decidirán si ratifican, modifican o anulan la condena a nueve años y medio de prisión que le fue impuesta en julio pasado en primera instancia por corrupción pasiva y lavado de dinero.
El tribunal sesiona en medio de estrictas medidas de seguridad para proteger el propio tribunal y por temor a enfrentamientos entre miles de partidarios de Lula presentes en la ciudad y grupos de derecha que también llamaron a manifestarse.
La defensa de Lula pidió la nulidad del proceso
La defensa del ex presidente brasileño pidió la nulidad por falta de pruebas del proceso contra su defendido, en la audiencia que tiene lugar hoy en un tribunal de segunda instancia en Porto Alegre.
"Lo que se tiene es un proceso nulo que generó una sentencia nula y un proceso en el que no fue hecha la prueba de la culpa, pero sí la prueba de inocencia, que pido que sea reconocida", afirmó Cristiano Zanin Martins en el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4).
"El triplex no es el del ex presidente Lula. Todos sabemos que pertenece y siempre perteneció a OAS Emprendimentos", aseveró el letrado.
En su sustentación oral, dijo que "no hay nada que pueda demostrar" que el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) recibió esa propiedad, y que la acusación no se puede basar únicamente en el testimonio de un imputado o en un reportaje de la cadena Globo, el mayor grupo multimedia del país.
"La palabra de un reo no sirve para incriminar al ex presidente Lula ni a otro. ¿Por qué la palabra de Leo Pinheiro (antiguo presidente de OAS) puede valer y la de otros, no?", se preguntó Zanin Martins.
Por otro lado, el abogado alegó que el juez federal Sergio Moro, que emitió la sentencia condenatoria contra Lula, no probó la existencia "del recibimiento de ventajas indebidas" hacia su defendido y que además rechazó otras pruebas que apuntaban lo contrario.
También subrayó que la acusación tiene una "motivación política" y que un tercio de la sentencia se dedica a atacar la defensa del carismático dirigente del PT.
"No se pueden dejar de analizar todos los graves hechos que fueron practicados a lo largo de la investigación y a lo largo de la acción", indicó.
El juicio
Si los magistrados optan por mantener la pena, además de acercarlo a prisión, pueden invalidar la candidatura de Lula, que aparece como líder destacado en todos los sondeos electorales para los comicios presidenciales de octubre, aunque la decisión final estaría en manos de la Justicia electoral.
El dirigente ha sido el presidente más popular de la historia de Brasil, pero a la vez acumula un total de siete causas abiertas en la Justicia, la mayoría por sospechas de corrupción, y una condena. Dijo que está "tranquilo" con el juicio de este miércoles, porque sostiene que no cometió "ningún delito".
"Cualquiera que sea el resultado, continuaré luchando en este país para que las personas tengan respeto y dignidad", agregó ante una militancia enfervorecida con cada una de sus palabras en un acto al que asistieron miles de sus simpatizantes en la capital del estado sureño de Rio Grande do Sul.
El ex presidente brasileño atacó, además, a los jueces: "Dudo que en este país haya un magistrado más honesto que yo", aseveró Lula.
"Solo una cosa me sacará de las calles de este país, y será el día de mi muerte. Hasta ese momento lucharé por una sociedad más justa. Cualquiera que sea el resultado del juicio, seguiré luchando por la dignidad del pueblo", agregó.
Al antiguo dirigente sindical lo acompañaron en el estrado su sucesora en la presidencia y ahijada política, Dilma Rousseff, destituida el año pasado por el Congreso; la presidente del Partido de los Trabajadores (PT), la senadora Gleisi Hoffmann, así como otros líderes de la formación de izquierdas.
"Nuestro camino hacia 2018 tiene un nombre: Luiz Inácio Lula da Silva", expresó Rousseff.
También estuvieron presentes representantes políticos y sindicales de la Argentina, Uruguay, Italia, Portugal, Venezuela, República Dominicana, El Salvador, Paraguay y Costa Rica.
Varias calles de Porto Alegre están empapeladas con propaganda a favor de Lula; uno de los afiches llama a sus simpatizantes a "no dejar que lo condenen, no dejar que lo capturen", junto a un retrato en primerísimo plano y en blanco y negro del ex presidente.
En este proceso, relacionado con la trama corrupta destapada en la estatal Petrobras, Lula es acusado de haber recibido de parte de la constructora OAS un apartamento en el balneario paulista de Guarujá a cambio de favorecer a la compañía en contratos con la petrolera.
(Con información de EFE y AFP)
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