El ministro de Defensa brasileño Raul Jungmann hizo pública su oposición a la venta de la aeronáutica nacional Embraer S.A. al gigante norteamericano Boeing Co, alegando que las operaciones militares del constructor de aviones brasileño no pueden separarse del negocio comercial.
Tanto Boeing como Embraer confirmaron la semana pasada que se encontraban discutiendo "una potencial combinación", dentro de una estrategia de consolidación que reforzaría la posición del poderoso grupo estadounidense como una de las dos firmas, junto con el conglomerado europeo Airbus, que integran el duopolio mundial de la industria de la aviación comercial.
Pero cualquier tipo de operación de venta deberá contar con la aprobación del gobierno brasileño, algo que expertos aseguran será difícil de conseguir sobre todo luego de que Jungmann se mostrara preocupado por las negociaciones que tuvieron lugar entre ambas firmas, con el absoluto desconocimiento de las autoridades brasileñas.
"Ningún país en el mundo cedería el control sobre una compañía como Embraer", dijo el ministro de Defensa Jungmann. "Posee un núcleo de defensa que resulta inalienable. El momento en el que el control de Embraer pase a otro país, también lo harán las decisiones estratégicas", agregó ante los reporteros presentes en una conferencia que tuvo lugar en Brasilia.
Jungmann agregó que su ministerio veía con buenos ojos cualquier tipo de acuerdo que mantuviera el control local de la firma, algo sobre lo que tienen la última palabra dado que el gobierno de Temer posee lo que se conoce como el "poder de veto" sobre cualquier movimiento estratégico de Embraer.
El mismo presidente Michel Temer también hizo referencia a la venta y aseguró que se opone a la toma de control de Embraer por parte de Boeing, algo que llegado el caso espera bloquear gracias al poder que le otorgan las acciones privilegiadas del gobierno sobre la empresa aeronáutica de marcado crecimiento a nivel regional.
Más allá de la evidente reacción negativa del gobierno ante la posible venta, Temer no dudó en destacar que de cualquier manera Embraer se encuentra abierta a recibir una inyección de capital extranjero. Por su parte, Phil Musser, vicepresidente senior de Boing dijo que la firma se encuentra satisfecha por "la multitud de voces prominentes que se expresaron a favor de la combinación de valor que se crearía para Brasil, Embraer y nuestros clientes".
El gobierno brasileño accedió en los noventa a la privatización de Embraer bajo la condición de mantener sus "acciones de oro", lo que al día de hoy le permite vetar cualquier tipo de cambios significativos en lo que hace a la venta de una firma que cuenta con un incalculable valor estratégico.
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