La permanencia de Pedro Pablo Kucyznski como presidente del Perú pende de un hilo, a horas de la sesión en la que el Congreso deberá decidir sobre la moción de vacancia presentada por la oposición, con mayoría parlamentaria, ante una presunta "permanente incapacidad moral".
Según explica el pedido firmado en su mayoría por congresistas fujimoristas, tal figura "es aplicable a aquellas conductas graves que, sin ser delito ni infracciónes de un juicio político, deterioren a tal magnitud la dignidad presidencial".
Por ello, Kuczynski, conocido como PPK por sus iniciales, deberá sustentar su defensa ante el pleno, luego de que se informe que una empresa suya ofreció servicios de consultoría a la constructora brasileña Odebrecht entre 2004 y 2007. Según reconoció, luego de haber negado en repetidas oportunidades haber tenido vínculos con la polémica empresa, recibió dividendos por un contrato de asesoría suscrito por su entonces socio chileno Gerardo Sepúlveda con Odebrecht cuando él era ministro de Alejandro Toledo (2001-2006). Sin embargo, el actual mandatario aseguró que no tenía conocimiento de que el dinero provenía de ese acuerdo.
1. La defensa de Kuczynski
El debate sobre la vacancia iniciará poco después de la apertura de sesión del pleno, programada para las 9 (hora local, 14 GMT). El presidente será invitado a pasar al hemiciclo, junto con su abogado, y según el reglamento, dispone de 60 minutos para defenderse, aunque el período podría alargarse si hay consenso entre los congresistas para otorgarle más tiempo.
Kuczynski intentará resaltar lo endeble de la acusación, ya que el presunto falso testimonio no parece tener la gravedad necesaria, mientras que un posible conflicto de intereses entre la función pública y los contratos privados todavía no ha sido determinado.
2. Debate: ¿debe ser removido?
Tras los descargos, PPK se retirará del recinto y todo quedará en manos de los 130 congresistas, de los cuales, 71 fueron elegidos de la mano del fujimorismo. En principio, no hay un límite establecido para la duración, por lo que podría ser una serie de exposiciones maratónicas, pero los líderes de cada agrupación política determinarán previamente los tiempos del debate.
3. Los votos
Para acabar con el mandato de PPK, se necesitan dos tercios de los votos: 87 como mínimo, sin importar ausencias o abstenciones. Aun antes de escuchar los descargos, tres bancadas han adelantado su postura a favor de la vacancia: el fujimorista Fuerza Popular (con 71 votos), el izquierdista Frente Amplio (con 10 congresistas) y el histórico Apra (con 5 escaños). A ellos se suman los independientes.
Las bancadas que hasta la fecha confirmaron su voto a favor de la vacancia son Fuerza Popular (71), Frente Amplio (10), Apra (5) y los no legisladores independientes Yeni Vilcatoma y Roberto Vieira también votarían contra Kuczynski, lo que da un total de 88 votos.
No obstante, la cuenta se complica con las posibles disidencias al interior de estas bancadas, así como por la falta de definición de otras agrupaciones. En tanto, el oficialista Peruanos por el Kambio cuenta con apenas 18 integrantes.
4. ¿Moción aprobada?
Si la votación no alcanza los 87 votos, la moción se descarta y se desinfla, parcialmente, la crisis política. Si se aprueba, no hay lugar a más etapas: Kuczynski será destituido. El Congreso emite una resolución que declara la vacancia presidencial, que será impresa en el diario oficial del estado en 24 horas. Cuando se publique tal resolución, o ésta sea notificada al propio presidente o a la primera ministra (lo que ocurra primero), PPK dejará inmediatamente el cargo.
Posibles escenarios
En lo inmediato, el mandato lo recibiría el primer vicepresidente, Martín Vizcarra. En caso de que no la acepte, asumiría Mercedes Aráoz, segunda vicepresidente. Ambos han reiterado su lealtad hacia el mandatario, lo que podría entenderse como una posible renuncia ante el eventual escenario.
En caso de que el Poder Ejecutivo quede acéfalo, la presidencia sería asumida por el titular del Congreso, que en este momento es el fujimorista Luis Galarreta. El legislador tendría que convocar de inmediato a nuevas elecciones generales, que se celebrarían en el plazo máximo de un año.
La posibilidad de la renuncia de ambos vicepresidentes es vista desde dos ópticas: por un lado, el fujimorismo podría aprovechar para tener un año de mandato, controlando el Poder Ejecutivo y Legislativo, antes de los nuevos comicios. Por otra parte, aprobar la vacancia y volver a celebrar elecciones arriesgaría su apabullante mayoría en el Congreso, en momentos en que su líder, Keiko Fujimori, es investigada por irregularidades en el financiamiento de partido y presuntos aportes no declaradas de Odebrecht.
La última vez que se produjo una vacancia por incapacidad moral fue en el año 2000, cuando el Congreso rechazó la renuncia de Alberto Fujimori, enviada por fax desde Japón, en medio de un escándalo de corrupción.
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