La carrera política de Pedro Pablo Kuczinski (PPK) atraviesa días complicados. Después de que voceros de la constructora Odebrecht testificaran haberle pagado casi USD 5 millones por su asesoría entre los años 2004 y 2013, la oposición peruana parece decidida a avanzar en su destitución por corrupción.
Salpicado por el Lava Jato y a días de que el Congreso peruano defina sobre su permanencia en el poder, parece lejano aquel mensaje contra la corrupción lanzado en febrero de este año y que rápidamente se viralizó en las redes sociales.
El mensaje consistía en una serie de medidas inéditas para sancionar a los funcionarios y las empresas involucradas en escándalos de corrupción -muchos de ellos en torno al llamado Lava Jato, que hoy salpica al mismo PPK-.
En un discurso contundente en el que se diferenció de otros gobernantes, el mandatario habló incluso de la "muerte civil" de los funcionarios involucrados en negociaciones espurias.
"El caso Odebrecht es, sin duda, el más grande, pero probablemente no es el único. Por eso tenemos que actuar de manera implacable e inmediata en todos los niveles para frenar la podredumbre de la corrupción", aseguró entonces en un mensaje en cadena nacional.
Los pedidos formales de renuncia e incluso de vacancia por "incapacidad moral" llegan cuando Kuczynski todavía no ha cumplido ni la mitad de su mandato de cinco años, que concluye en julio de 2021.
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