La pugna por la presidencia de Honduras se puso el martes al rojo vivo con el candidato opositor Salvador Nasralla llamando a sus seguidores a tomar las calles, luego de que su ventaja sobre el presidente Juan Orlando Hernández en el conteo de votos se erosionó hasta poco más de un punto.
Con el 72.91 por ciento de las mesas procesadas, Nasralla, un presentador de televisión de 64 años, obtenía un 42.96 por ciento de los votos frente al 41.49 por ciento de Hernández, que busca gobernar por cuatro años más, según el demorado conteo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que se reactivó el martes.
Pocas horas después de cerradas las urnas el domingo y antes de que el árbitro electoral diera su primer parte de resultados el lunes por la madrugada, los dos candidatos se autoproclamaron vencedores.
Nasralla aventajaba a Hernández por cinco puntos en el primer reporte oficial, con el 57 por ciento de las mesas computadas. El lunes por la tarde un magistrado TSE aseguró que el opositor, que encabeza una coalición que aglutina corrientes conservadoras y de izquierda, tenía un liderazgo irreversible y más tarde el jefe del tribunal dijo que "el ganador ya está".
Pero el martes cuando se actualizó el conteo en el sitio web del TSE después de muchas horas de tener los números del primer reporte, la ventaja comenzó a reducirse hasta llegar a 1.47 puntos por la noche, lo que despertó sospechas de la oposición.
"Nosotros ya ganamos las elecciones, y es imposible que una tendencia se revierta de la manera como la están revirtiendo", dijo Nasralla a seguidores. Más tarde afirmó que en el conteo solo están incluyendo las mesas donde ganó el Partido Nacional de Hernández.
"No lo voy a tolerar (…) mañana el pueblo hondureño tiene que venir a defender el voto en las calles", sostuvo el candidato de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura.
La misión de observación electoral de la Organización de los Estados Americanos en Honduras llamó a la ciudadanía a "mantener la calma mientras se esperan los resultados oficiales".
La OEA exhortó al TSE a agilizar el procesamiento y divulgación de resultados, convocó a los partidos a que sigan fiscalizando el proceso de manera responsable y les pidió que actúen con prudencia hasta el reporte de resultados totales.
El presidente Hernández, que había llegado a los comicios como favorito en las encuestas para ganar con una diferencia de dos dígitos, exhortó el martes a esperar el resultado oficial del tribunal, a pesar de haber clamado victoria el domingo.
"No puede nadie decir que es una tendencia la de aquella noche, irreversible, cuando no son siquiera el 60 por ciento de las actas", dijo antes de que el TSE retomara la publicación de los resultados en su página web.
Miles de simpatizantes del Partido Nacional marcharon el martes en Tegucigalpa hasta la casa presidencial reclamando el triunfo del mandatario. "Cuatro años más", coreaban.
El domingo también los hondureños votaron por legisladores. El gobernante Partido Nacional lideraba con el 45.31 por ciento de los votos, 20 puntos más que su más cercano rival, una tendencia que de mantenerse le dará el dominio del Congreso.
"Ellos van a tener control del Congreso, y tenemos que negociar con ellos, pero en este momento no hay ningún tipo de negociación", dijo Nasralla en el escenario de que ganar la presidencia, en entrevista con Reuters.
El candidato reiteró el martes que de triunfar pedirá a Naciones Unidas que instale un organismo anticorrupción, similar al que opera en Guatemala, para investigar y presentar cargos, y que está dispuesto a extraditar a los políticos corruptos.
Hernández, un líder que mantiene una relación cercana con Estados Unidos, ha logrado acelerar la economía del país, pero también se lo ha vinculado con financiamiento ilícito relacionado con las drogas, algo que él niega, y es acusado por rivales de acumular cada vez más poder en el país.
Su llegada a la contienda electoral del domingo fue posible gracias a una decisión de la Corte Suprema de 2015 sobre los límites de mandato, lo que dividió la opinión en Honduras.
Nasralla tiene el respaldo del ex presidente Manuel Zelaya, derrocado en un golpe de Estado en 2009 luego de proponer un referéndum sobre su reelección y mostrar su cercanía con el líder venezolano Hugo Chávez.
Muchos creen que Zelaya es la verdadera fuerza detrás de Nasralla, quien ha prometido tener unas buenas relaciones con los Estados Unidos y con todos los países. Su esposa sería la vicepresidenta del país si Nasralla llega al poder.
El país es una de las naciones más pobres del continente y ha sido azotada durante años por la violencia de las pandillas, lo que ha disparado las tasas de asesinatos a uno de los niveles más altos del mundo.
(Con información de Reuters)
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