La Justicia salvadoreña condenó al ex mandatario por enriquecimiento ilícito por un monto de 419.145,19 dólares. Esta cifra incluye los bienes injustificados adquiridos por su hijo, Diego Funes.
Una resolución de la Cámara Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro determinó que Funes deberá devolver al Estado 206.660 dólares y su hijo, 212.484 dólares, porque "no se ha justificado su procedencia legítima".
Esos montos serán liquidados de los bienes congelados, de acuerdo con la fiscalía.
La resolución de la corte civil señala, además, que el ex mandatario del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) fue inhabilitado por 10 años para ejercer cualquier cargo público y deberá pagar una multa de entre 114 y 571 dólares.
En el juicio civil, que inicialmente fue por más de 700.000 dólares y ordenado por el Supremo en febrero de 2016, quedó exonerada la ex esposa de Funes y actual secretaria de Inclusión Social, Vanda Pignato, porque se comprobó que "no tuvo ingresos durante el período investigado" y que sus deudas fueron canceladas por el ex presidente.
El ex mandatario, primero en ser condenado por un tribunal civil en la historia reciente salvadoreña, recibió en septiembre de 2016 asilo del Gobierno de Nicaragua, junto con Funes Cañas, su actual cónyuge y otros dos hijos.
El ex jefe de Estado es investigado penalmente en El Salvador por enriquecimiento ilícito y "posible" lavado de dinero durante su gestión, un proceso derivado de este juicio civil ordenado por el Supremo en febrero de 2016.
El ex presidente Funes dijo el pasado día 20, a través de sus redes sociales, que esperaba que los jueces a cargo del juicio civil analizaran con "objetividad" las pruebas para acabar con un proceso "injusto y arbitrario".
Funes y Pignato, de origen brasileño, también fueron salpicados por el escándalo de sobornos de la constructora Odebrecht en Brasil y por la que la fiscalía salvadoreña tiene abierta una investigación.
Funes, quien ejerció el periodismo por más de 20 años, fue el primer presidente en llegar al poder de la mano de la otrora guerrilla del FMLN, partido que se mantiene en el Gobierno con el ex comandante Salvador Sánchez Cerén.