Ocho cartas escritas por Carlos Gardel entre 1923, durante su primera gira por Europa, y 1933, año en que terminó de filmar en el Viejo Continente, serán subastadas el martes próximo en Montevideo por el martillero Eduardo Corbo, según reportó el periódico uruguayo El País.
La correspondencia, dirigida a su amigo íntimo y apoderado en Buenos Aires José Razzano, revela detalles de la vida ostentosa del "Zorzal" durante su estadía en París, de las mujeres que su fama le permitió "pasarse" y de un duelo a pistola a bordo de un navío que no llegó a concretarse.
José Razzano (Montevideo, 1887-Buenos Aires, 1960) formó parte de un dúo junto a Gardel en 1911 que debió disolverse en 1925 cuando, por problemas de afonía, debió abandonar el canto. Entonces se convirtió en el responsable de los negocios y administrador de los bienes del Zorzal Criollo en Buenos Aires hasta 1933.
"Recientemente se comunicó conmigo el presidente de la Fundación Industrias Culturales Argentinas (FICA), muy interesado en las cartas. Me informó que ellos tienen el resto del archivo de Razzano y que lo que saldrá a la venta es lo que les falta", dijo Corbo a El País.
FICA posee más de 4.500 documentos y objetos personales del cantante de tango más grande de la historia.
En las cartas a Razzano, que pertenecían a un coleccionista fallecido, Gardel cuenta que vivía en París "mejor que un millonario", en "el mejor barrio y en uno de los mejores apartamentos" (el número 51 de la Rue Spontini).
También lamenta los malos negocios que estaba teniendo con los caballos, aunque le pregunta a su "mánager" por Lunático, el "pingo" que entrenaba su amigo Francisco Maschio en la Villa Yeruá de Malvín.
En otra carta, el ídolo argentino difama a uno de sus músicos más conocidos, el uruguayo José María Aguilar, quien sobrevivió al accidente aéreo del 25 de junio de 1935 en Medellín en el que murieron Gardel, el letrista Alfredo Le Pera y los guitarristas Guillermo Barbieri (abuelo de la actriz argentina Carmen Barbieri) y Ángel Riverol.
Aguilar es un "turro", "mala persona" y "degenerado de la naturaleza", le dice a Razzano, entre quejas de que el guitarrista le debe "unos miles de francos".
Creía "que podía haber hombres canallas e infames, pero este sinvergüenza es un caso nunca visto", remató contra Aguilar.
En una carta escrita en enero de 1926, Gardel admite que disfrutaba de una vida de "bacán" en Europa, aunque reprocha que no es tan rico como la gente imagina. "En todo París no se habla más que de mí, del gran cantor argentino. Las crónicas de los diarios dicen cosas que no se han dicho de muchos (…). Han dicho los cantantes que hay en París, muchos de ópera, que iban a aprender un poco de mí".
"El dinero me lo aprovecho en propaganda, afiches clichés, me he hecho una cortina de seda para mi presentación, he andado de un lado a otro. En fin, la cuestión es no mostrar la hilacha, pues creen que trabajo porque me da la gana, que soy rico, que los discos me dan una renta bárbara, un chiqué bárbaro (ostentación, en lunfardo). No tengo más relaciones que grandes bacanes y bacanas; que me he pasado varias, entre paréntesis".
Luego, el cantante le advierte a su amigo sobre su peligrosa inclinación a la timba. "Bueno José, supongo que no habrás jugado más, pues a vos no te hace falta. Si lo hacés es de vicio y no te lo sacarás nunca".
En la misma carta le anticipa el éxito de la canción "Ramona", grabada en 1928 e incluida en el disco Melodía de Arrabal, con la cual asegura que "venderían muchos discos" y agrega que "los ingleses y los franceses la cantan como el culo".
Una carta relata la particular anécdota de cuando, durante un viaje en el "piróscafo" Principessa Mafalda, ocurrió un "lance caballeresco" entre el cónsul argentino en Nápoles y el hijo de un célebre maestro de orquesta de apellido Vitale.
"Al producirse el incidente, el cónsul, que se había hecho amigo, nos pidió que lo representáramos como padrinos a mí y a Ernesto. Entrevistamos al señor Vitale hijo y le propusimos el desafío por ser nuestro apadrinado el ofendido, el que nos contestó que al día siguiente nos mandaría a sus padrinos. Nos reunimos, hablamos, expusimos las explicaciones del caso. Ellos querían arreglar amigablemente por tratarse de italianos y argentinos. Nosotros también, pero con la condición de que el señor Vitale retirara la palabra ofensiva a nuestro apadrinado", escribió Gardel.
Como Vitale no aceptó disculparse, el cónsul decidió resolver el conflicto a punto de pistola, mediante un duelo que debía ocurrir al día siguiente y a bordo del Mafalda pero que no pudo llevarse a cabo "por no haber sala de armas en el barco y porque el comandante no quería saber de responsabilidades". Por consiguiente, se levantó un acta para "gestionar el asunto" en Dakar, la capital de Senegal, pero el cónsul de esa ciudad también prohibió el duelo, porque llegarían de noche y "las autoridades no lo permitían".
Entonces Gardel, ya irritado, dijo que el duelo se haría de todos modos porque tenían "dos pistolas preparadas". A último momento, los padres de Vitale se enteraron de la trama y terminaron por retirar a su hijo de un asunto que podía haber acabado con su vida.
Por su parte, el Mafalda naufragó poco después de aquel viaje el 25 de octubre de 1927, a pocos kilómetros de la costa de Brasil, en una tragedia que según las autoridades italianas causó al menos 314 muertes, pero que los periódicos sudamericanos reportaron 657 fatalidades.
Otra carta que será subastada trata el tema de lo negocios entre Gardel y su representante, cuyo problema de garganta inició la carrera solista del Rey del Tango. Ya en Europa, este puso a cargo de sus contratos a Luis Pierotti, quien, entre otras cosas, negoció con Paramount Pictures el acuerdo que llevó a Gardel al cine.
Según la carta, existía cierta "pica" (adversidad) entre Razzano y su representante europeo. "Pierotti está muy chivo (enojado) con vos, (dice) que lo has interpretado mal y que no le has escrito una sola carta. En cambio, él te escribió. En fin, vos sabrás".
También dice tenerlo "rechiflado" (enloquecido) el trato comercial con las discografías que lo grababan.
"Como te he dicho siempre hay afano", le escribió. "Cómo no va a ver [sic] si nosotros no tenemos quién controle las salidas de discos. Y quién sabe cuántos discos hacen las matrices que mandan ustedes. ¿Quién controla eso?" —se preguntaba.
"Ellos harán 1.000 discos con estampillas nuestras y 20.000 con estampillas de ellos", desconfiaba.
Además de las cartas, también será rematada una copia del Certificado de Buena Conducta con su firma y huella digital que utilizó para tramitar su ciudadanía argentina, como también un telegrama en el que celebra su "triunfo enrome" luego de un acto en el teatro Fémina de París.
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