La influencia de China en Brasil que amenaza a la región: cuáles son las multimillonarias inversiones en el gigante sudamericano

En 2017, el país asiático se colocó por encima de Estados Unidos como la mayor fuente de inversión extranjera en la nación gobernada por Michel Temer. Sector por sector, sus principales proyectos

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El presidente chino, Xi Jinping, junto a Michel Temer durante la cumbre de BRICS (AFP)
El presidente chino, Xi Jinping, junto a Michel Temer durante la cumbre de BRICS (AFP)

En un artículo para el diario digital Newsmax publicado el lunes, el Doctor Evan Ellis, un analista y profesor de estudios latinoamericanos, señaló que el presidente de Brasil, Michel Temer, está presidiendo un avance significativo en la posición comercial de la República Popular China en su país.

En poco más de una década, las empresas chinas han pautado 87 proyectos en Brasil, con una inversión acumulada de 46.800 millones de dólares. Desde 2015, el país asiático invirtió más de 19.000 millones de dólares en el país, mientras que en 2017 superó a Estados Unidos como la mayor fuente de inversión extranjera de Brasil.

Entrada a una de las plantas eléctricas de State Grid Corp, una de las más grandes de China
Entrada a una de las plantas eléctricas de State Grid Corp, una de las más grandes de China

Aunque en 2009 el presidente Lula da Silva acordó un préstamo de 10.000 millones de dólares para desarrollar la empresa brasileña Petrobras, las inversiones mayores comenzaron en 2010 tras una serie de adquisiciones importantes, incluyendo la compra por parte de Sinochem de 3.100 millones de dólares de los activos brasileños en la petrolera noruega Statoil, la compra de siete plantas de transmisión de energía por parte de la compañía eléctrica más grande de China, State Grid, y la adquisición en 2012 de otras siete más a la compañía energética ACS.

Sinopec (Reuters)
Sinopec (Reuters)

Las inversiones chinas también incluyen una serie de compras de intereses minoritarios en empresas brasileñas, como la inyección de 7.100 millones de dólares por parte de Sinopec a las operaciones de la empresa española Repsol en Brasil y de 5.200 millones de dólares en 2011 para adquirir una participación del 30 % en la compañía petrolera Galp. Sinochem, por su parte, compró en 2012 una participación del 10 % en Perenco y el 15 % de la compañía minera CBMM por parte del grupo chino Baosteel en 2011.

Aunque la crisis política, económica y los casos de corrupción desde 2014 paralizaron el avance de la inversión china en el país, la posición comercial de China en Brasil progresó considerablemente durante el año pasado. 

Energía

Algunos de los avances más significativos de China se han producido en el sector de generación y transmisión de energía, como la adquisición de CPFL por parte de State Grid por una suma de 10.800 millones. Dicha operación permitió proceder con la instalación de una línea de transmisión conectando la nueva central hidroeléctrica de Belo Monte en el estado de Pará con los principales centros urbanos del país en el sur por USD 3.500 millones.

En 2016, China Three Gorges Corp. invirtió 1.200 millones de dólares para adquirir los activos brasileños de Duke Energy, mientras que otro gigante eléctrico chino, State Power Investment Corporation (SPIC), invirtió 2.500 millones de dólares para adquirir Pacific Hydro.

En 2017, SPIC invirtió 2.400 millones de dólares para adquirir la planta hidroeléctrica de San Simón subastada por el estado brasileño, y se ofreció a adquirir la participación de Centrais Energéticas de Minas Gerais (Cemig) en el proyecto hidroeléctrico de San Antonio.

Logística y transporte

En materia de logística y transporte, las empresas chinas están invirtiendo para ampliar las principales instalaciones portuarias a lo largo de la costa atlántica de Brasil, desde el delta del río Amazonas hasta la población y el centro comercial del país en el sureste.

Entre los principales proyectos se encuentran dos de los cuales están siendo ejecutados por China Communications and Construction Co.: la Terminal de Graneles de Babitonga, en el puerto de San Francisco del Sur, y otra instalación en el puerto de San Luis, en el estado de Maranhão.

Además, en septiembre de 2017, China Merchants Port Holdings adquirió el 90 por ciento de la firma brasileña TCP Participações por $922 millones, lo que le dio control sobre la Terminal de Contenedores de Paranagua.

Agricultura

En el sector agrícola, las empresas chinas han estado adquiriendo discretamente empresas con activos agroindustriales preexistentes y tecnologías de interés en Brasil, como ejemplifica la adquisición de HK Noble por China Overseas Food Corp.

De la misma manera, en 2016 el grupo inmobiliario Pengxin adquirió participaciones mayoritarias en las empresas agroindustriales brasileñas Fiagril (por USD 290 millones) y Belagricola (por USD 253 millones), convirtiéndolo en uno de los principales comerciantes de soja y granos brasileños.

En 2017, Dow Corp. vendió su proyecto AgroSciences a la firma china CITIC por USD 1.100 millones.

Telecomunicaciones

En telecomunicaciones, las compañías Huawei y ZTE han hecho avances importantes en la última década, incluyendo el establecimiento de un importante centro de servicios al cliente y de pruebas en San Pablo en octubre de 2015.

Por su parte, China Mobile contempla la compra de la quebrada empresa brasilera Oi, lo cual le daría acceso a sus más de 63 millones de usuarios.

Más allá del mercado local, China Unicom y Huawei están planeando construir un cable de telecomunicación submarino de casi 10.000 kilómetros a lo largo del Atlántico, conectando Fortaleza Brasil con la nación africana de Camerún.

Salud

En sanidad, un sector en el que la RPC ha tenido poca presencia en América Latina, el grupo chino Meheco, respaldado por el Banco de Desarrollo de China, firmó un acuerdo en 2017 para construir instalaciones médicas en la provincia de Caerá y abastecerlas con equipos médicos chinos -proyectos con un valor de hasta 4.000 millones de dólares-.

Finanzas

En el sector financiero, Brasil ha sido el principal receptor de préstamos más allá de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Además del ya mencionado préstamo a Petrobras en 2009, el Banco de Desarrollo de China otorgó un segundo préstamo de 10.000 millones de dólares en 2016.

En 2013, el gobierno brasileño firmó un acuerdo de canje de divisas por 30.000 millones de dólares. Más allá de tales préstamos e instrumentos financieros, tanto el China Construction Bank (CCB) como el Banco de Comercio Internacional de China (ICBC) han ingresado al país para operar como bancos a nivel local.

Por su parte, el fondo de capital chino FOSUN abrió recientemente una nueva oficina en San Pablo, adquiriendo el edificio Torre Sucupira como principal inmueble en el distrito financiero de la ciudad.

Michel Temer, Dilma Rousseff y Lula da Silva
Michel Temer, Dilma Rousseff y Lula da Silva

Si los recientes avances de China en Brasil son, en conjunto, buenos para el país, es una cuestión de perspectiva. Sin embargo, se trata de un fenómeno importante, en gran medida opacado por las crisis del país, que está transformando el panorama empresarial del país. Según Ellis, los legisladores y las empresas estadounidenses, distraídos por la propia turbulencia política de Estados Unidos, deberían tomar nota.

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