Las elecciones cubanas son particulares, por decir lo menos. Según su Constitución, no existe otro partido que el comunista. La Asamblea Nacional del Poder Popular es "el órgano supremo del poder del Estado", dice la ley. Tiene facultades constituyentes y legislativas y de entre sus miembros se elige el Consejo de Estado, es decir, el Ejecutivo, cuyo presidente es a la vez jefe de Estado y de Gobierno. Actualmente, ese cargo lo ocupa Raúl Castro que ha anunciado que lo dejará el año que viene.
Según la Constitución cubana la Asamblea se compone de "diputados elegidos por el voto libre, directo y secreto de los electores". Aparentemente, nada más democrático. Pero el diablo está en los detalles.
El régimen tiene una herramienta de control que es el mecanismo de nominación de los candidatos en la base. Esto se hace por circunscripción y a mano alzada, en asambleas de vecinos controladas por los famosos Comités de Defensa de la Revolución (CDR), una policía barrial, donde cualquiera que exprese una divergencia queda inmediatamente "marcado".
Ese es el primer filtro que hasta ahora casi nadie ha podido superar. De hecho, cuando en el año 2015, el joven Yuniel López O'Farrill logró vencer al sistema, el régimen se conmocionó. Y se trataba sólo de una postulación…
Por eso, dicen los opositores cubanos, ahora el gobierno está mucho más alerta. Pero también lo están ellos. Desde hace un año se ha conformado en Cuba una Red de Facilitadores Electorales (RedFe), integrada por grupos que aspiran a presentarse como candidatos a las elecciones de delegados a las Asambleas Municipales que tendrán lugar el 22 de octubre. Es un voto secreto. El único de todo el proceso. Porque a partir de allí, la Asamblea municipal nomina a los delegados a la Asamblea provincial. Y de ésta surgen los que van a la Nacional, etcétera.
El otro resorte es la prohibición de hacer campaña. Con el cínico argumento de la igualdad y de evitar demagogia, el régimen las ha prohibido. Curiosas elecciones sin campaña ni partidos políticos que sin embargo muchos "demócratas" del mundo avalan y hasta ensalzan.
Infobae dialogó con Aimara Peña, 28 años, coordinadora de la plataforma Candidatos por el Cambio en Sancti Spiritus, y que intentará una nominación a la Asamblea Municipal. Todo un desafío, como lo explica en esta entrevista, porque no se trata sólo de los obstáculos del proceso en sí, sino que también padecen persecución. Aimara fue expulsada de la Universidad poco antes de terminar su formación como pedagoga y también perdió su empleo de maestra.
Invitada a la Argentina por el Cadal (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina), Aimara Peña asistió a las jornadas "Por el derecho a elegir y a ser elegidos", el 29 de agosto pasado en Buenos Aires, junto a parlamentarios y otras personalidades de Chile, Colombia, Uruguay y Argentina, con la finalidad de respaldar a las asociaciones que en Cuba luchan en condiciones de gran adversidad por participar en política.
De la entrevista participó también Nicolás Echeverry, diputado nacional colombiano (Partido Conservador, Medellín, Antioquía), que integra los grupos que en diferentes países latinoamericanos respaldan la causa de RedFe.
— Pronto habrá elecciones en Cuba y hay ciudadanos que reclaman el "derecho a elegir y a ser elegidos", algo que parece elemental en cualquier democracia. ¿Cómo es el proceso electoral cubano para que tengan que hacer este reclamo?
(AP)— La asamblea de nominación, que es el primer espacio donde se elige en Cuba para el cargo de delegado de la Asamblea Municipal, se va a efectuar del 4 al 30 de septiembre. Es una asamblea barrial donde se nomina a los candidatos que van a estar en la boleta para ser elegidos delegados de la Asamblea Municipal. Este cargo tiene como importancia que es el único momento en que en Cuba se hacen elecciones por el pueblo; es el único momento en que el pueblo elige, primeramente a mano alzada la nominación y luego por voto secreto, para escoger al delegado de la Asamblea Municipal. De la Asamblea Provincial y de la Nacional ya es un proceso de selección. Estas elecciones se hacen cada 2 años y medio, las de delegados a las Asambleas Municipales. Y para el resto de los puestos, es decir, Asamblea Provincial, Asamblea Nacional, Consejo de Estado y Consejo de Ministros, se hacen cada 5 años. El presidente también se escoge dentro de ese grupo. En esta instancia, coinciden todos.
La primera dificultad para un opositor es no ser convocado a la Asamblea que nomina los candidatos
— Hasta ahora el régimen ha logrado evitar que se filtren candidatos opositores o simplemente independientes. ¿Cómo lo logra?
(AP)— El proceso es bastante amañado. La ley tiene sus restricciones a la hora de entrar al mundo político en Cuba pero las barreras políticas y culturales son mucho más fuertes a veces que la propia ley, a pesar de que la ley tiene muchos cortafuegos. En esas asambleas barriales la primera dificultad que puede enfrentar un candidato de oposición es no ser convocado a la reunión. Hacen una citación casi puerta a puerta a las personas afines a los intereses del gobierno y muchas veces los candidatos independientes, fichados, reconocidos por los órganos de seguridad del Estado y del Partido en los barrios, no son convocados. Luego, después de haber sido nominado, no hay campaña electoral en Cuba, es decir que las personas no pueden decir qué proponen, qué pretenden hacer con ese puesto…
— ¿Lo único que pueden hacer es publicitar su nombre y su foto?
(AP)— Sí, existe la biografía, que es parte del pequeño espacio donde te das a conocer como candidato.
— Pero sin propuestas.
(AP)— Sí, y esta biografía es bastante manipulada, porque es emitida por nadie, es una hoja sin membrete que se coloca en lugares públicos y que la sacan las personas que coordinan las elecciones a nivel barrial. En la experiencia anterior que tenemos de dos candidatos en La Habana, pues los acusaron de mercenarios…
A los candidatos opositores se los acusa de mercenarios y se les abre falsos procesos
— Dos candidatos independientes que lograron pasar ese primer filtro de la nominación.
(AP)— Sí, que lograron en las elecciones pasadas entrar al proceso. Ahí en esas biografías fueron tratados de mercenarios, contrarrevolucionarios, asalariados del imperio y otras acusaciones serias que a las personas les generan miedo. Luego de ser nominado tienes la dificultad de que no puedes proponer. Además sufrimos persecución, vigilancia, acusaciones. En este momento, varios de los candidatos están enfrentando procesos legales. Les abren acusaciones porque la ley dice que las personas que tienen un proceso legal no pueden ser candidatos. Entonces levantan falsas acusaciones, abren casos judiciales, amenazan. Todo tipo de patrañas para impedir que esa persona se nomine.
— Nicolás Echeverry, usted, como observador externo, ¿diría que Cuba es un país democrático?
(NE)— No podemos determinar la democracia a un sitio o a un territorio. Yo formo parte de un grupo de defensores de la libre expresión y de la democracia como principio, como valor fundamental para la paz y la libertad. Creemos que cuando no existe la posibilidad de expresar una propuesta la elección está viciada. Cuando no hay una probabilidad de mostrar su hoja de vida, su currículum, su biografía, como la llaman, ya partimos de que no sabemos cómo se va a estar representado o para qué o a través de quién. Entonces, como observadores, los que somos defensores de la democracia debemos buscar que en el mundo haya reglas ciertas para candidatos inciertos y no reglas inciertas para candidatos ciertos. Como lo observaba Aimara también nosotros tenemos una misión y es hacer mucha pedagogía de la importancia de que las sociedades se apropien de estos procesos y que esas barreras culturales no contribuyan a los intereses mezquinos de la misma ley que son legales pero que no legítimos Somos agentes de un mismo globo terráqueo, tenemos la obligación de promover la participación eficiente y eficaz en todos los niveles.
— Si ciudadanos cubanos quisieran crear un partido en base a su ideario, sería imposible porque es un régimen de partido único.
(NE) — Cuando una sociedad incorpora leyes y normas, que deberían ser escogidas por la misma sociedad, y determina que esa es una forma de gobernarse, en principio hay que respetar esa autonomía. Pero cuando no es la sociedad la que construye sus normas sino que éstas son impuestas, y van en contra del principio de la libertad, entonces partimos mal. Cuando hay una imposición, cuando yo no tengo la libertad de hacer una exposición. Hoy no concibo que en el mundo el ciudadano pueda estar sometido a tal yugo.
(AP) — En el transcurso de casi más de un año que llevamos preparándonos para presentarnos a las elecciones, hemos creado alianzas dentro de Cuba entre los grupos de oposición, que no son reconocidos por el gobierno. Pero a pesar de que el gobierno no nos reconoce como oposición y nunca se ha abierto a querer reconocer ningún movimiento social, ni de derechos humanos, ni nada, existimos, estamos ahí, tenemos derecho a participar. No somos ficción, somos realidad, y el derecho ciudadano es inviolable.
— Usted quiere ser candidata, integrar esa Asamblea Municipal. ¿Cómo hace para postularse?
(AP)— La ley electoral cubana establece que cualquier ciudadano puede presentarse a las elecciones. Como existe un solo Partido, no se postula por partido, sino simplemente por ser ciudadano y tener los requisitos, haber vivido 5 años en el lugar donde uno se va a presentar, no tener ningún proceso legal y otros requisitos. Nosotros nos hemos enfrascado primeramente en hacer conocer la ley, porque muchas personas creen falsamente que por ser oposición no podemos presentarnos en las elecciones, pero la ley establece claramente que tenemos derecho porque somos ciudadanos cubanos y cumplimos los requisitos. Entonces, primeramente enseñar a la gente que tenemos el derecho a participar. Luego comenzar hacer campaña boca a boca en nuestro barrio, campaña comunitaria, donde tú le vas a enseñar al pueblo tus méritos propios, porque no se puede hacer otro tipo de campaña. Predicamos con el ejemplo, la gente nos ve y así también tratamos de evitar ese golpe que nos puede dar la emisión de una biografía donde pueden dar falsas acusaciones.
— ¿A cuánta gente representaría si es elegida?
(AP)— Las circunscripciones en Cuba pueden tener entre 300 y 3 mil personas. Un promedio sería 700 electores. Mi circunscripción es de unos 730 electores.
— ¿Mano a mano trata de hablar con cada uno?
(AP)— Sí, uno moviliza voluntarios también, personas que te apoyan que, dentro de la comunidad, van también dando tu discurso en ese contacto directo con la gente. Sabemos el gobierno está preparando maniobras para impedir que se llegue a nominar. Ellos tienen dentro de las comunidades estructuras como los núcleos zonales del Partido, el CDR, la FMC que es una organización femenina; todas afines al gobierno. Y estas personas van a participar en esa reunión sabiendo que nosotros vamos a poner la otra partida. Esa Asamblea puede estar muy amañana. Además que ese voto al que ahorita nos referíamos, para llegar a ser nominados, es a mano alzada. Es un voto que va a ser sugestionado.
— A esa Asamblea pueden ir todos los vecinos en teoría.
(AP)— En teoría, la circunscripción puede ser dividida en ocho reuniones diferentes, y de cada una de ellas puede salir un candidato, en cada una de esas ocho reuniones. Es decir, en una circunscripción puede haber ocho, mínimo dos, candidatos, de los que será elegido uno para esa Asamblea Municipal. Ese voto a mano alzada puede ser sugestionado porque en esas reuniones hay evidencia de que participan miembros de la seguridad del Estado, es decir la policía política cubana, y todo ese andamiaje gubernamental que puede presionar a la persona para no votar abiertamente por un candidato de oposición.
— Una de las herramientas de presión es que el Estado es el gran empleador en Cuba. Por eso combate tanto el cuentapropismo, porque si la persona se independiza económicamente tiene menos temor a perder el trabajo.
(AP) — Sí, sí, funciona mucho eso. Todos los servicios los tiene el gobierno, la escuela, el hospital, todo. Los abogados. El cubano depende en su totalidad del Estado, que hizo que el cubano fuera dependiente de él para poder hacer lo que quisiera.
(NE) — Funciona en Cuba y funciona en todos lados… Lo que pasa es que con unas características de régimen diferente, realmente…
El clientelismo ha sostenido la democracia en muchos países en América Latina
— Sí, porque no hay en Cuba un desarrollo del sector privado como sí en otros países latinoamericanos, en mayor o menor medida según el caso, pero existe.
(NE) — Y no hay una madurez de la cultura de la participación política. El mismo clientelismo ha sostenido la democracia en muchos países en América Latina. Uno de los papeles nuestros es legitimar teóricamente el significado del derecho a elegir, ser elegido, profundizar en el acompañamiento de la seguridad de este tipo de candidatos, que se les permita la participación. Y generar desde los diferentes congresos de América Latina, desde las diferentes organizaciones públicas y privadas, mensajes de acompañamiento sobre la necesidad de tener una democracia libre, participativa, abierta, que permita la confrontación en el campo de las ideas y que no tenga esas cortapisas que hoy encontramos.
— ¿Es posible hacer ese trabajo en Cuba? ¿Tiene algún efecto o es una cosa más que después el régimen usa para acusarlos de extranjerizantes?
(NE)— Lo primero es identificar quiénes quieren un cambio y qué cambio quieren y para qué. Lo segundo es trabajar en red y por un valor supremo, político. Porque la oposición acá no es el valor de un candidato, de hecho ni se conoce la propuesta ni puede hacer campaña, sino el valor de una organización civil, de una movilización social que le permita alcanzar el sueño de ser influyente en la forma como me van a gobernar. Ahí es donde la ayuda internacional cobra mucha vigencia, el trabajar en red, divulgación, educación, cultura electoral, que la gente conozca las normas…
Es posible que el pueblo en Cuba se identifique con la oposición porque hay un descontento masivo
— Leí unas declaraciones de Miguel Díaz Canel, posible sucesor de Raúl Castro, bastantes duras. ¿Hay preocupación en el gobierno por estas elecciones?
(AP) — Sí, hay preocupación por parte del gobierno. Desde que empezamos a trabajar para presentar candidatos a la Asamblea el gobierno comenzó a prestarle atención a las elecciones, a todo lo referido a los candidatos. Incluso haciendo campaña, la ley lo prohíbe, pero están las campañas "Vota por Cuba", "Reafirmación de la Revolución", en todas partes, pegatinas en los carros. Es decir, ellos están haciendo campaña porque están preocupados, porque sí hay posibilidad de que el pueblo en Cuba se identifique con la oposición porque hay un descontento masivo en la sociedad cubana. Una sociedad que ha estado estancada tantos años y que ahora aunque sea muy poco todavía el acceso, tenemos la influencia del internet. Ha habido como un abrirse aunque pequeño para esas generaciones de cubanos que han estado tantos años aislados, bien aislados. Y creo que eso genera preocupación al Estado. Y eso que Díaz Canel dice abiertamente en un video, que no van a permitir que los candidatos independientes lleguen, es muestra de eso. De que estamos trabajando seriamente, duro, fuerte, sobre todo en la base con los cubanos de a pie. Y sí, hay posibilidades de llegar, hay muchas posibilidades de llegar con el respaldo de la región, por eso nos hemos apoyado mucho en Latinoamérica porque somos parte de un mismo todo y creo que el apoyo de la región ha sido muy importante.
(NE) — La información dejó de ser de los poderosos, se democratiza, y el acceso a la información se vuelve mucho más fácil, incluyente, y ahí ya hay un ciudadano mucho más calificado, que puede expresar su sentimiento de aprobación o su reproche sobre cómo quiere ser gobernado. Una sociedad más igualitaria necesita buenos médicos, buenos periodistas, buenos ingenieros, buenos deportistas, necesita buenos dirigentes. El dirigente es ese primero entre iguales, capaz de tomar la iniciativa de construir un gobierno. Entonces más que hablar de unas elecciones de oposición hay que hablar de una sociedad moderna que busca cambios, que busca acceso a esa información, democracia, participación y recuperar ese papel de ser humano digno y con derechos.
— Sí, que haya organizaciones libres, no necesariamente de oposición.
(NE) — Y que no quiere decir una irracionalidad frente al régimen, puede haber cualquier régimen y habrá que respetarlo, repito, el resultado de todos pero debe haber una norma mínima de garantía de la participación.
— ¿Cree que los cubanos sienten que esta es una oportunidad, que la elección les puede servir para expresar algo?
(AP) — Sí, se han hecho varios estudios y vemos que personas que no se preocupan por política cuando tú les dices "hay un candidato de oposición", dicen "ah, yo voto por ese". Las nuevas generaciones en Cuba se han desligado mucho del discurso revolucionario porque cuando una sociedad siempre predica que vamos a mejorar y vamos 50 y tantos años y no lo logramos, y se nos han quitado muchos derechos, muchas libertades y muchas generaciones de cubanos nunca han podido ni siquiera, qué decirte, ver una computadora, entonces es algo que la gente ya rechaza por naturaleza. Cuando uno le habla, le dice no tengas miedo de escoger algo diferente, sí hay mucha gente que se identifica con eso y está dispuesta a ir y a votar.
(NE) — Quiero refrescar el concepto de que no solamente es Cuba; en muchas democracias que, aun siendo abiertas, democráticas, con oposición, tienen sesgos, tienen cortapisas, tienen miedo. Por ejemplo, la presencia del paramilitarismo en muchos territorios, de grupos insurgentes al margen de la ley que o impedían votar u obligaban a votar por determinados candidatos. Entonces hay que defender el concepto no frente a un caso puntual sino el principio universal de la libertad y el derecho al voto y a ser gobernado, a elegir y a ser elegidos.