Al menos 16 presos huyeron la madrugada de este sábado de una cárcel en Cruzeiro do Sul, municipio del estado brasileño de Acre, fronterizo con Bolivia, donde hubo en junio pasado un motín, informaron fuentes oficiales.
Los internos salieron de la prisión Manoel Neri a través de un agujero que cavaron en la pared y huyeron hacia una zona boscosa próxima, señalaron a Efe fuentes del Sistema Integrado de Seguridad Pública de Acre.
"El presidio Manoel Neri es uno de los pocos del mundo que no es cercado por muros u otras protecciones. Esa cárcel estaba pensada (originalmente) para ser una colonia agrícola y después fue adaptada para albergar a criminales", explicaron esas fuentes.
Las autoridades han identificado a la mayoría de los internos fugitivos, entre los que hay detenidos por homicidio, robo y tráfico de drogas.
"Hasta el momento ninguno ha sido capturado. Todas las fuerzas policiales de Acre están movilizadas", apuntaron las fuentes.
Los reclusos de esa cárcel se amotinaron a principios de junio pasado y destruyeron dos de los cuatro pabellones, lo que obligó a los funcionarios penitenciarios a reubicar a todos los detenidos en las dos naves restantes.
A finales del mes pasado, el Instituto de Administración Penitenciaria regional recomendó la construcción en el patio de un muro para dividir a los presos de facciones criminales rivales.
El sistema penitenciario brasileño ha sido objeto de críticas por parte de organismos internacionales, que han denunciado "hacinamiento grave, condiciones degradantes, tortura y violencia" en el interior de las instalaciones.
Brasil vivió una de las peores crisis carcelarias de su historia a comienzos de este año después de que en varias prisiones de los estados de Amazonas, Roraima y Río Grande do Norte se registraran matanzas entre reos de distintas facciones criminales que dejaron cerca de 150 muertos.
Según los datos Consejo Nacional de Justicia (CNJ) de Brasil, el país alberga en sus cárceles a cerca de 676.000 internos, lo que supera en más del 70% su capacidad máxima.
Brasil tiene la cuarta mayor población carcelaria del mundo, solo por detrás de Estados Unidos, China y Rusia.
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Con información de EFE