El gigante tecnológico lanzó su servicio Google Global Cache ayer miércoles, lo que permitirá eventualmente a los cubanos mejorar su acceso a Internet. Durante décadas y debido en gran parte al embargo, Cuba no tuvo acceso al poderío tecnológico y empresarial de los EEUU, pero el restablecimiento de las relaciones diplomáticas liderado por el ex presidente Obama logró que gradualmente varias firmas con bandera estadounidense comenzaran a desembarcar en la nación todavía hoy bajo el régimen castrista.
La isla caribeña tiene el nivel de conectividad a Internet más bajo de todo el hemisferio occidental, debido mayormente al limitado acceso a los "spots" de wi-fi públicos administrados por la firma de telecomunicaciones de control estatal ETECSA.
Fue precisamente con esta compañía que Google firmó el acuerdo para comenzar a poner en funcionamiento sus servidores. Hoy día una hora de conexión a Internet en la isla cotiza alrededor de USD 1.50 mediante un sistema de tarjetas prepagas, lo que permite acceder a un servicio poco confiable y de relativa baja velocidad.
Cualquiera que camina por La Habana por primera vez se preguntará porqué, aparentemente sin motivo alguno en determinadas esquinas céntricas, decenas de personas se aglomeran como luciérnagas.
La razón se esconde en la nueva adicción de los cubanos: Internet. Las reformas impulsadas por Raúl Castro desde que asumió las riendas del país en 2008 incluyeron, además de la autorización del uso de tarjetas de crédito y débito emitidas en Norteamérica en suelo cubano, medidas de colaboración en telecomunicaciones de parte de Estados Unidos a Cuba.
Esto permitió que desde hace poco más de un año ETECSA, la empresa de telecomunicaciones cubana comenzara a ofrecer "hotspots" de acceso a Internet a lo largo de las principales ciudades de la isla.
Rolando, uno de los residentes de La Habana consultados por Infobae, comenzó a utilizar la Internet callejera del estado hace un año y asegura que suele revisar su correo cuando se conecta al servicio. Acostumbra a gastar en promedio unos 10 dólares semanales, lo que representa un gasto significativo que multiplicado por cuatro supera al salario mensual de un egresado universitario.
Fiel al estilo castrista, el acceso dista de ser libre y expertos afirman se encuentra estrictamente monitoreado y que se condiciona a sus usuarios, quienes llegan a pagar hasta 3 pesos convertibles cubanos (3 dólares aproximadamente) por una tarjeta que da acceso por una hora vigente por 30 días, a utilizar un browser determinado complementado por un servicio de mensajería instantánea ad hoc llamado "IMO".
Los críticos al acercamiento entre Estados Unidos en Cuba cuestionan los verdaderos beneficios para los ciudadanos de la isla que pagan precios exhorbitantes para acceder a la web y así poder realizar llamadas a familiares exiliados por el mundo o simplemente intentar acceder a las noticias de su país y el mundo que el régimen – hoy revitalizado gracias al aumento de la entrada de divisas debido al auge del turismo – filtra y selecciona a su gusto.
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