La semana pasada, Raúl Castro presidió un desfile militar en La Habana para homenajear a su hermano, el fallecido ex dictador cubano Fidel Castro, por el 58° aniversario de la revolución.
Los gritos de guerra tuvieron un particular destinatario: Barack Obama. Si bien Castro en más de una oportunidad destacó la apertura del presidente de Estados Unidos a América Latina y, en particular, al acercamiento con Cuba, en esta práctica militar no se dejaron de lado las rivalidades ideológicas.
"Comandante en jefe, ordene. Ordene sobre esta tierra. Que vamos a hacer la guerra si el imperialismo viene", comienza el grito de guerra de los militares.
"¡Obama! ¡Obama! Con cuanto fervor quisiera enfrentarme a tu torpeza, para hacerte una limpieza con rebeldes y morteros, y vamos a hacerte un sombrero de plomos en la cabeza", continúa el canto.
Resulta extraña semejante amenaza a un jefe de Estado norteamericano que abrió la política de Estados Unidos hacia Cuba como ningún otro mandatario.
El Nuevo Herald señala que el "crimen grave" de Obama contra Castro es que es más popular que el propio líder cubano en su propia tierra.
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La visita del presidente estadounidense en marzo pasado despertó grandes esperanzas y expectativas en la gente, luego de que Obama los instara a creer y aceptar un cambio en la isla.
A partir de ahí, el régimen castrista congeló el proceso de acercamiento con Washington e incluso hizo más estrictos los controles sobre los emprendimientos privados.