La Policía Civil de Río de Janeiro pidió la prisión de la esposa del embajador de Grecia en Brasil, de un policía militar y de otras dos personas –cuyos nombres no fueron revelados– tras el hallazgo del cadáver carbonizado del diplomático Kyriakos Amiridis, de 59 años.
El pedido fue cursado a la Justicia este viernes, después de conocerse el resultado de las pruebas de identidad del cuerpo hallado dentro de un automóvil. Era el del embajador griego, que estaba desaparecido desde hacía cuatro días.
El vehículo había sido abandonado en el viaducto de Nova Iguaçú con el cuerpo de la víctima dentro. Las principales sospechas recaen en su esposa, Françoise Amiridis, y en el oficial de la Policía Militar Sérgio Gomes Moreira Hijo, según reveló un informe de la TV Globo.
"El crimen pasional es la línea más fuerte de la investigación", dijo a la agencia de noticias AFP una fuente vinculada a la investigación.
Amiridis, de 59 años, estaba de vacaciones con su familia en Río y tenía previsto regresar a Brasilia el 9 de enero. Pero su mujer, Françoise Amiridis, de origen brasileño, denunció el miércoles que no tenía noticias de su marido desde el lunes por la noche, cuando había salido del apartamento que tenían en Nova Iguaçu (norte de Río), en un coche alquilado.
Las alarmas se encendieron el jueves, cuando un vehículo calcinado con un cadáver en su interior apareció en un viaducto de esa localidad de la Baixada Fluminense, una región con altos índices de criminalidad.
Las autoridades griegas confirmaron en Atenas que el carro era el que había sido alquilado por el embajador. El coche se hallaba este viernes en el estacionamiento al aire libre de la División de Homicidios de la Baixada Fluminense, en la localidad de Belford Rojo.
Cuerpo "totalmente carbonizado"
La identificación del cuerpo se presenta muy complicada, porque "está totalmente carbonizado", indicó una fuente vinculada con la investigación.
La esposa de Amiridis era interrogada en esa comisaría, al igual que otros dos individuos –un policía militar y un joven– contra los que ya se dictó orden de prisión, precisó.
Según la fuente, la mujer ya había sido interrogada durante la víspera, pero "el jefe de la División quería volver a verla". Amiridis y su mujer tenían una hija de 10 años.
El comisario de la Baixada Fluminense, Evaristo Pontes, había descartado la víspera la hipótesis del secuestro, ante la ausencia de cualquier tentativa de toma de contacto con la familia. Y explicó que su sección había tomado a cargo el caso porque la Policía Federal consideró que la desaparición de Amiridis no tenía que ver con su función diplomática.
Amiridis era embajador de Grecia en Brasil desde este año. De 2012 a 2016 había sido embajador en Libia. De 2001 a 2004, se había desempeñado como cónsul general en Río de Janeiro.
Sumida en una severa crisis económica, la ciudad que acogió hace unos meses los Juegos Olímpicos vive una fuerte alza en sus ya elevados índices de violencia urbana, alimentados por el narcotráfico y la pobreza de gran parte de sus habitantes.