Muerte a todo lujo: los increíbles mausoleos de los capos narco mexicanos

Los líderes de los cárteles de la droga yacen en mansiones con todas las comodidades como exhibición final de su poder económico

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El narcotráfico tiene una relación muy cercana con la muerte. Cuando un sicario entra al negocio, sabe que su promedio de vida será de entre 7 y 10 años. Por eso, antes de pasar a mejor vida, necesita lograr todo lo que pueda para hacer historia.

Una tumba que represente todas las excentricidades que tuvo en vida es parte de la narcocultura mexicana. Por ello, un capo es capaz de pagar hasta USD 350.000 (unos 7 millones de pesos) por un mausoleo en el que pueda seguir gozando de todas las comodidades.

 

El Panteón Jardínes del Humaya, en Culiacán, Sinaloa (Noroeste del país), la cuna del cártel de Joaquín "El Chapo" Guzmán, construido en 1966, aloja los cuerpos de la mayoría de los grandes capos de la droga en México desde los años setenta. Por ello, la entrada es exclusiva. Sólo pueden ingresar familiares de los difuntos, no se da información por teléfono sobre los precios y si alguien es sorprendido tomando fotografías o video, corre el riesgo de ser confrontado por los parientes de alguno de los difuntos.

El área del panteón Jardínes del Humaya, en Culiacán, donde están enterrados los cuerpos de los capos narco de Sinaloa
El área del panteón Jardínes del Humaya, en Culiacán, donde están enterrados los cuerpos de los capos narco de Sinaloa
 

"Se supone que debe haber una fosa por cuerpo, pero hay fosas que tienen hasta para 30 sepulcros y tienen cancha para jugar futbolito. El espacio donde pueden ser sepultados otros lo compran para que los niños jueguen mientras van a visitar al familiar o para estacionar un carro. Hay narcos a los que han enterrado adentro de sus carros con su arma en la mano", explicó a Infobae Juan Carlos Ayala, investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).

El investigador, experto en narcocultura, relata que algunas tumbas se construyeron con cantera, mármol fino, maderas con grabados, sistemas de iluminación, alarmas, blindajes, televisión por cable, internet y otras tienen hasta terraza para que pueda convivir la familia cuando va a visitar a su difunto.

El mausoleo de Arturo Beltrán Leyva, el “Jefe de jefes”
El mausoleo de Arturo Beltrán Leyva, el “Jefe de jefes”

"Es una cultura para convertirse en leyenda, como pasa con los narcocorridos, que los quieren para ser leyenda. ¿Por qué quieren pagar una tumba de 100.000 dólares o más? porque quieren ser alguien que logró algo, que ya muertos la gente diga: 'sí lo hizo, sí lo logró, es parte de la ambición de ser narco", expresó por su parte a el escritor Ioan Grillo, autor del libro Los Caudillos del Crimen.

El frío secreto de las tumbas

En este cementerio están enterrados importantes protagonistas de la historia del narcotráfico en México, como Lamberto Quintero, un capo de los años setenta; Inés Calderón, que llegó a controlar casi todo el negocio en Sinaloa entre los años setenta y ochenta; Arturo Guzmán Loera "El Pollo", hermano de "El Chapo"; Ignacio "Nacho" Coronel, uno de los jefes máximos del Cártel de Sinaloa, que está enterrado al lado de quien fuera su rival en vida, Arturo Beltrán Leyva "El Jefe de Jefes", líder del cártel de Los Beltrán Leyva.

Pero entre la pléyade de capos sinaloenses, también se encuentra sepultado el ex candidato a la presidencia de México Manuel J. Clouthier, y una serie de capos menores cuyas edades van de los 17 a los 32 años.

Mausoleo de la familia Guzmán, donde yace el hermano de “El Chapo”, Arturo Guzmán Loera. (Daily Mail)
Mausoleo de la familia Guzmán, donde yace el hermano de “El Chapo”, Arturo Guzmán Loera. (Daily Mail)

Cuando se intensificó la guerra contra el narcotráfico, a mediados de la década pasada, recuerda Ayala, hubo capos que compraron hasta 100 tumbas para su gente. La autoridad los podría tomar desprevenidos, pero la muerte no.

"Saben que van a morir, están preparados psicológicamente para ello, su vida de riesgo les hace que se enfrenten a situaciones extremas y las afrontan. Hay gente que la han balaceado, se alivia y regresa a lo mismo, y es que aquí hay un dicho muy famoso que 'más vale vivir 5 años como rey que 50 como un buey', porque hay zonas donde la gente no tiene oportunidades, vive en la sierra, donde no hay nada", agregó.

Mausoleo de Amado Carrillo
Mausoleo de Amado Carrillo

Ioan Grillo, quien ha visitado en distintas ocasiones el lugar, afirma que no sólo es el tema de la cantidad de gente joven que está enterrada, sino también la relación que los niños empiezan a desarrollar con las tumbas.

"Fue muy impresionante: una vez que estaba todo lleno de niños llorando que gritaban cosas como 'quiero a mi papá', desde esa edad ya empiezan a desarrollar una relación con las tumbas, muchos de sus padres saben que van a morir jóvenes, pronto y quieren dejar su presencia con una tumba impresionante como signo de que hicieron algo en la vida, para que sus amigos y sus hijos los recuerden como alguien", expresó a Infobae.

Una vez que estaba todo lleno de niños llorando que gritaban cosas como ‘quiero a mi papá’

Tanto el escritor como el académico coinciden en que esta extravagancia a la hora de morir es propia de los capos de Sinaloa, pues si bien es cierto que en otros estados del país también existen tumbas impresionantes de los jefes de los cárteles, son menos lujosas que las ubicadas en Jardines del Humaya.

Mausoleo de Ignacio Coronel (Daily Mail)
Mausoleo de Ignacio Coronel (Daily Mail)

Por ejemplo, uno de los fundadores del cártel de Los Zetas, Heriberto Lazcano Lazcano "El Lazca", asesinado en 2012, presuntamente mandó construir su tumba en Pachucha, Hidalgo (Centro). El mausoleo tiene puertas con cristales de colores y una fuente al lado de la entrada, pero se desconoce si está enterrado ahí porque su cuerpo desapareció del Servicio Médico Forense.

Las familias de otros capos simplemente prefieren que no se revele el lugar donde están sepultados, como es el caso de Nazario Moreno "El Chayo", fundador de Los Caballeros Templarios en Michoacán (Occidente), al que el gobierno dio por muerto en diciembre de 2010, pero después, tras encontrarlo realmente muerto, en 2014, la Comisión Nacional de Seguridad tuvo que reconocer que la información sobre su primera muerte era equivocada.

Mausoleo de Manuel Torres
Mausoleo de Manuel Torres
Mausoleo de Héctor Palma
Mausoleo de Héctor Palma

Seguir presentes

Para el narco mexicano, la familia es importante, por ello, Grillo considera que una de las ideas de tener estas grandes tumbas, que bien pudieran ser residencias, es mantener a las familias unidas.

Ése es un objetivo que a veces logran y a veces no. Los primeros años, en fechas especiales, acuden las familias a beber junto a sus muertos, les llevan música y el festejo se prolonga por días.

Los primeros años, en fechas especiales, acuden las familias a beber junto a sus muertos, les llevan música y el festejo se prolonga por días

Pero tumbas de esta magnitud son de caro mantenimiento, como se muestra en el documental "El Velador", que narra la historia de los veladores y albañiles del panteón, que siempre están ocupados remodelando o construyendo nuevos mausoleos.

Mausoleo de Inés Calderón
Mausoleo de Inés Calderón

Con el pasar del tiempo, algunas familias simplemente ya no pueden costear el mantenimiento y los mausoleos quedan olvidados en medio de toda su majestuosidad.

Con la muerte, no se acaban las rivalidades. Un día, en la puerta del mausoleo de Beltrán Leyva apareció una cabeza humana con una flor roja en la oreja, regalo del Cártel de Sinaloa, sus enemigos en vida.

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