Después de la firma del histórico acuerdo para ponerle fin al conflicto armado en Colombia, el triunfo del "No" en el plebiscito de este domingo abrió un escenario impensado e impredecible de cara al futuro.
Lo único claro es que, al haber tenido el plebiscito carácter vinculante, el acuerdo firmado el lunes pasado está caído y ninguna de las partes está obligada a cumplirlo.
Si bien muchos de los que impulsaron la campaña por el "No" decían que un triunfo de esa alternativa abriría la oportunidad de una renegociación, el jefe negociador en nombre del gobierno, Humberto de la Calle, había evaluado como casi imposible una nueva mesa de diálogo. "Si la elección del 2 de octubre no es favorable, no hay espacios para renegociar nada, lo que tenemos es lo que se obtuvo", dijo hace pocos días, tratando de motivar el voto favorable al acuerdo.
Otros, como el senador del Centro Democrático Everth Bustamante, creen que el voto por el No "debería ser interpretado por el Gobierno y las FARC como la necesidad de un replanteamiento de varios puntos de la negociación. El Gobierno estaría en la obligación de reestructurar la comisión de negociación e incorporar otros representantes de la sociedad para reorganizar aspectos".
Millones de colombianos, la mayoría según los resultados de este domingo, se mostraron preocupados por la virtual impunidad o las penas menores que el acuerdo le garantizaba a los líderes guerrilleros, acusados de crímenes brutales y relacionados con el narcotráfico.
En la última encuesta de Ipsos-Napoleón Franco, el 88% de los colombianos dijeron que los jefes guerrilleros debían ir a la cárcel y el 75% no quería que participaran en política. A eso se suma que algunos sectores de la opinión pública exígian que las FARC entregaran el dinero que se presume tienen escondido.
Entre los asuntos que debería encarar una renegociación, Bustamante cree que "el tema de tierras hay que discutirlo con organizaciones campesinas, que son diversas y no estuvieron presentes, porque las FARC pidieron control territorial. Las negociaciones tienen que adelantarse a la luz de los compromisos judiciales de Colombia con la comunidad internacional y esos acuerdos no respetaron los convenios".
La caída del acuerdo también pone en pausa el proceso de concentración de guerrilleros, desmovilización y entrega de armas que se había iniciado la semana pasada.
¿Esto significará también que las FARC volverán a la lucha armada?
Carlos Antonio Lozada, delegado para la negociación del acuerdo por parte del grupo guerrillero, se comprometió hace algunos meses a que, aunque el "No" venciera en el plebiscito, las FARC no volverían a la guerra. "Si gana el no, no significa que eso tenga que dar al traste con el proceso, porque la paz como derecho síntesis no puede llevarnos a tomar esa decisión de seguir con una guerra tan dolorosa".
De cualquier modo, tras el impacto del resultado electoral, son más las incógnitas que las certezas sobre el camino para retomar las negociaciones.
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