El fin de la ola de seísmos en Santorini no despeja el temor al impacto en el turismo

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Diego Sáez Papachristou

Atenas, 26 mar (EFE). - El fin de la oledada de terremotos que sacudió entre enero y febrero la isla griega de Santorini no ha eliminado el temor a que caiga la llegada de turistas, la principal fuente de ingresos, pese a que las autoridades afirman que no hay peligro alguno.

"Está claro que los sismos han provocado una disminución importante en las reservas hoteleras porque toda esta publicidad que trajo el fenómeno fue negativo para Santorini", explica por teléfono a EFE en Atenas el director de un hotel de cuatro estrellas en esta isla del Egeo, que quiso mantener el anonimato.

"Las reservas para la temporada alta de verano han caído entre un 15 y 20 % respecto al año anterior", lamenta esa fuente, que recalca que hay que considerar que el primer trimestre del año, cuando la mayoría de los hoteles recaudar alrededor del 30 % de sus ganancias anuales "se perdió totalmente".

"Esta temporada no puede salvarse. Lo único que podemos hacer es tratar de cerrar el año con las menores pérdidas posibles para poder salvar puestos de trabajos", señaló el gestor hostelero.

Entre el 26 de enero y el 22 de febrero pasados, más de 20.000 terremotos de magnitud mayor a 1 sacudieron la isla, lo que causó la fuga de más de la mitad de sus 25.000 habitantes, el cierre de las escuelas y la interrupción de todas las obras de construcción.

Los temblores -el más fuerte de una magnitud 5,3- no provocaron daños importantes, tan solo algunos pequeños deslizamientos de tierra en la caldera volcánica de la isla.

A principios de este mes se levantó el estado de emergencia en Santorini, que en 2023 recibió una cifra récord de 3,4 millones de turistas, y la normalidad regresó, al menos oficialmente, a la isla junto con los miles de habitantes y trabajadores estacionales que la habían abandonado.

Ahora, el Gobierno griego está tratando de convencer a los potenciales turistas extranjeros de que viajen a la isla, asegurando que no existe ningún peligro para los visitantes.

"Los científicos nos han dado la luz verde, todos han regresado a la isla y los lugareños están preparándose para la temporada alta", señaló la semana pasada la ministra de Turismo, Olga Kefalogianni, en una entrevista a la BBC.

"Los visitantes deben sentirse totalmente seguros de que pueden hacer sus reservas para esta temporada", añadió.

El primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis, había asegurado ya en febrero que Santorini era "un destino turístico emblemático" y que es la responsabilidad del Gobierno "preservar su reputación".

Además, Mitsotakis se comprometió entonces a realizar "lo más rápido posible" intervenciones para asegurar la estabilidad de ciertos puntos de la caldera donde existe un mayor riesgo de deslizamientos.

Yorgos Payas, oriundo de Santorini, decidió durante la oleada de terremotos permanecer en la isla junto con sus tres hijos y su esposa

En declaraciones por teléfono a EFE, Payas asegura de que "todo está bien en la isla" y que incluso ya tiene algunas reservas de extranjeros que quieren contratar los servicios de su empresa de recorridos turísticos.

"Normalmente, la temporada empieza muy fuerte en abril. Ahora simplemente empezará un mes más tarde", señala Payas, quien se muestra optimista de que "la temporada irá bien".

Casi 36 millones de turistas visitaron Grecia en 2024, dos más que el récord de 2019, mientras que el país registró también un máximo histórico de 21.700 millones de euros en ingresos turísticos el año pasado.

El sector turístico representa más de una cuarta parte del Producto Interior Bruto (PIB) del país, lo que lo convierte en el principal motor de su economía. EFE