Enjambres de drones contra Ucrania: Rusia ataca entre conversaciones de alto el fuego

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Rostyslav Averchuk

Leópolis (Ucrania), 21 mar (EFE).- Las informaciones procedentes de la ciudad de Odesa, en el sur de Ucrania, sugieren que Rusia ha empezado a usar una nueva táctica consistente en lanzar una mayor cantidad de drones kamikaze contra sus objetivos urbanos para desbordar sus defensas aéreas, a pesar de las conversaciones sobre un alto el fuego.

Al menos 18 potentes explosiones sacudieron la ciudad costera en la noche del jueves a este viernes en el mayor ataque desde el inicio de la invasión, cuando drones modelo 'Shahed', de fabricación iraní, descendieron sobre ella desde el cielo.

Las explosiones generaron varios incendios de gran magnitud y dañaron infraestructuras civiles, entre ellas un centro comercial, varias tiendas, un bloque de viviendas y hasta un cementerio local, mientras que tres adolescentes resultaron heridos.

"Los drones golpearon cerca de nuestra casa. Fue realmente aterrador", dijo a EFE Anastasia Dolnik, de 29 años, directora de logística.

"Es una zona muy densamente poblada, y fue un milagro que no alcanzara más casas o supermercados abarrotados", abundó.

 Un puñetazo psicológico

Lugareños como Dolnik se han acostumbrado a los ataques regulares desde el comienzo de la invasión hace más de tres años.

Los canales de las redes sociales vigilan la llegada de drones y amenazas de misiles.

Si el riesgo parece alto, algunos lugareños descienden a aparcamientos subterráneos o se esconden en los baños o los pasillos, lejos de las ventanas.

Sin embargo, muchos intentan conciliar el sueño para poder continuar con sus vidas lo mejor que pueden en semejantes circunstancias.

Cada ataque ruso se siente como "un puñetazo psicológico en las tripas", explicó a EFE Daria Stovbun, una profesora de ucraniano.

Sin embargo, este último ha sido el más destacado, ya que el brusco descenso de los drones en su ataque le recordó a un golpe con misiles balísticos.

 Una peligrosa innovación rusa

El jueves, los drones rusos se reunieron en grupos más grandes cerca de Odesa, se elevaron a gran altura -unos 2 kilómetros sobre el suelo- y luego se precipitaron sobre la ciudad.

"Rusia ha cambiado su táctica. Los drones operan en grandes cantidades para sobrecargar las defensas aéreas y los sistemas de guerra electrónica", confirmó Andri Kovalenko, funcionario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania.

La nueva táctica hace que los drones sean tremendamente imprecisos, "pero a Rusia no le importa, comete terror por el terror, la destrucción y la intimidación", opinó Oleksandr Kovalenko, analista militar de Odesa.

Del enjambre, 27 fueron finalmente derribados, pero su trayectoria y velocidad los hicieron casi imposibles de detener con ametralladoras utilizadas por los grupos de fuego móviles -soldados con vehículos y proyectores empleados en medio del déficit de otros sistemas más sofisticados-, escribió para el Grupo de Información de Resistencia.

Ucrania necesita más sistemas de defensa antiaérea de diverso alcance y herramientas de guerra electrónica para contrarrestar eficazmente estos ataques, añadió antes de apuntar que Rusia innova "para hacer más eficaz su terror".

 Las verdaderas intenciones de Rusia

Rusia empleó una táctica similar la noche anterior en Kropivnitski, donde 14 civiles resultaron heridos cuando 21 aviones no tripulados descendieron sobre la ciudad del centro de Ucrania en el mayor ataque desde el comienzo de la invasión.

"Están bombardeando una ciudad tras otra. Ni siquiera intentan apuntar sus ataques. Es puro terror", reaccionó Petro Shuklinov, un bloguero militar que ayuda a organizar grupos de fuego móviles que dan caza a los drones rusos.

Para los ucranianos, estos ataques son una prueba más de que el presidente ruso, Vladímir Putin, sigue sin estar interesado en la paz.

"Rusia no hace nada para demostrar que está dispuesta a un alto el fuego", dijo Dolnik.

"Atacan objetos civiles en Odesa y otras regiones todos los días", añadió.

Rusia no quiere la paz, en su ilusión duradera de que puede subyugar a Ucrania, y cualquier palabra del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en sentido contrario es una ilusión, cree también Stovbun.

"Kropivnitski, Odesa... ¿Cuántas ciudades más tienen que sufrir, cuánta gente tiene que morir, para que todo el mundo se dé cuenta: es imposible negociar con los terroristas?", dijo a EFE Bodia Bodison, actualmente soldado y escritor en la vida civil.

"Hay que destruir a los terroristas", concluyó. EFE