Adís Abeba, 20 mar (EFE).- El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, descartó este jueves ante el Parlamento la opción de invadir la vecina Eritrea para buscar una salida al mar Rojo y abogó por el diálogo para lograr ese objetivo.
"Quiero dejar claro a este parlamento que Etiopía no invadirá Eritrea por el bien del Mar Rojo. Sin embargo, buscamos el diálogo sobre el acceso a los puertos", declaró Abiy en una comparecencia ante la Cámara de Representantes del Pueblo (Cámara baja).
"Negociemos basándonos en el principio del beneficio mutuo, un enfoque de concesiones mutuas y principios de mercado. Si ignoramos este asunto hoy, podría conducir al caos mañana. Debemos abordarlo ahora y encontrar una solución duradera. Hacemos un llamado al diálogo, no a la guerra", aseveró el jefe del Gobierno.
Abiy advirtió de que "el acceso al mar Rojo es, no obstante, un asunto existencial para Etiopía".
"Lo que queremos es abordar pacíficamente nuestros desafíos actuales", insistió.
El primer ministro hizo estas declaraciones después de que en las últimas semanas Eritrea, uno de los países más herméticos del mundo, ordenara una movilización militar nacional, según informó el pasado mes la ONG Preocupación por los Derechos Humanos–Eritrea (HRCE, en sus siglas en inglés).
Asimismo, el ministro eritreo de Asuntos Exteriores, Osman Saleh, acusó este martes al Ejército de Etiopía de haberse "desplegado en las fronteras internacionalmente reconocidas de Eritrea justo después del fin del conflicto en noviembre de 2022" en la región septentrional etíope de Tigré, fronteriza con Eritrea.
En una reunión con el cuerpo diplomático acreditado en la capital eritrea, Asmara, Osman declaró que Eritrea "está perpleja por las ambiciones erróneas y anticuadas de Etiopía de obtener acceso marítimo y una base naval mediante la diplomacia o la fuerza militar", según indicó el Ministerio de Información eritreo.
Eritrea se independizó de Etiopía el 24 de mayo de 1991, dejando a Etiopía sin salida al mar, después de tres décadas de guerra.
Pero las disputas fronterizas desembocaron en otro conflicto entre 1998 y 2000 que causó decenas de miles de muertos de ambas partes y que acabó con el Acuerdo de Argel firmado el 12 de diciembre de 2000.
Desde que asumió el poder en 2018, Abiy Ahmed ha buscado estrechar lazos con Eritrea, lo que culminó ese año en un acuerdo de paz para poner fin a casi veinte años de "estado de guerra".
Ese pacto, por el que Abiy fue galardonado con el Nobel de la Paz en 2019, tuvo como fruto el restablecimiento de los vuelos directos entre ambas naciones, así como de las conexiones telefónicas y la reapertura de sus respectivas embajadas.
El acercamiento condujo también a la participación de Eritrea en la guerra de Tigré (2020-2022), donde se alineó con el gobierno federal de Etiopía frente a los rebeldes de esa región.
Sin embargo, la presión de Etiopía para acceder al mar ha generado fricciones, pues Eritrea ve esa demanda con recelo.
Etiopía también ha buscado rutas marítimas alternativas y en enero de 2024 firmó un acuerdo con la región somalí secesionista de Somalilandia para garantizar el acceso etíope al mar Rojo mediante una base naval.
A cambio, Etiopía afirmó que valoraría el reconocimiento de Somalilandia como un Estado independiente, algo que hasta ahora no ha hecho ningún país.
Somalia sostuvo que el acuerdo era nulo y consideró que Etiopía había violado su soberanía e integridad territorial.
El contencioso tensó las relaciones entre Etiopía y Somalia y amenazó con un conflicto en el Cuerno de África, hasta que Turquía medió en diciembre de 2024 y ambos países vecinos alcanzaron un acuerdo para normalizar las relaciones bilaterales. EFE