Actriz colombiana Alejandra Azcárate: "La risa es el bálsamo que nos ayuda a desconectar"

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Sevilla (España), 20 mar (EFE).- La comediante, actriz y presentadora colombiana Alejandra Azcárate llega a España como parte de la gira que la lleva por varios escenarios europeos y con su particular análisis de las relaciones humanas que busca provocar “dos horas de risa, el bálsamo que nos ayuda a desconectar”.

Lo explica en una entrevista con EFE antes de actuar este jueves en Sevilla (sur), con las entradas agotadas, en una parada de su tercera gira por España, a donde ha llegado desde Ámsterdam, Colonia y Zúrich, y antes de partir hacia otras ciudades españolas como Madrid o Barcelona, con parada en París, y con la espera de confirmación de espectáculos en Londres y Dublín.

'Lo que se permite, se repite’ se define como “un monólogo muy íntimo, confrontador, reflexivo y sarcástico”, donde toca “temáticas muy cotidianas, sobre todo de las relaciones interpersonales, de pareja, en torno al poder de la verdad que todos tenemos, pues una percepción muy personal”.

Añade que "parte de los errores principales en esas relaciones íntimas termina siendo el creernos los dueños de la verdad y por ende pensar que siempre tenemos la razón”, y expresa en el escenario “un lenguaje muy universal”, que es “de muy fácil digestión mental en temas lingüísticos y de contenido”.

Azcárate cree que la risa “es una necesidad humana”, y piensa que todas las personas que acuden a su espectáculo buscan “el bálsamo que implica la risa”, con una forma de afrontar su monólogo que llega al público en cualquier lugar del mundo.

La colombiana considera "que en el humor se puede hablar de todo dependiendo de cómo se haga”, aunque ella misma se marca un límite: "cuando se toca el territorio del delito”.

“Que a mí me parezca chistoso decir algo puedo hacerlo porque estoy en libertad de expresión, pero yo no puedo afirmar que alguien es un violador, un narcotraficante, un asesino en serie, ni incitar al delito, excepto que tenga pruebas”, un punto en el que, detalla, “se pisa un terreno muy delicado y es un hilo casi que invisible”. EFE

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