(Bloomberg) -- La intensificación de la presión deflacionaria en China amenaza con persistir mucho después de que desaparezcan las distorsiones estacionales, a menos que el gobierno elimine el exceso de capacidad en la economía que está ejerciendo presión sobre los precios.
La inflación al consumidor se ha vuelto negativa durante enero y febrero por primera vez desde 2021. Aunque las festividades del Año Nuevo Lunar más tempranas de lo habitual ayudaron a que el crecimiento de los precios fuera inferior a cero el mes pasado, la caída fue mucho más acusada de lo previsto, lo que sugiere que la inflación fue débil incluso ajustada por estacionalidad.
Para bancos globales como Citigroup Inc. y Nomura Holdings Inc., la preocupación es que los precios al consumidor podrían rondar el territorio de contracción durante el resto del año si la producción robusta abruma la demanda interna. Dado que el Banco Popular de China prioriza la estabilidad del yuan sobre la flexibilización monetaria a corto plazo, sacar al país de la deflación dependerá probablemente de la capacidad de los responsables políticos para hacer frente al exceso de capacidad.
La última lectura del IPC “es un buen ejemplo de que este entorno deflacionario es un fenómeno permanente y no transitorio”, dijo Dan Wang, director para China de Eurasia Group. “El exceso de capacidad, junto con una postura monetaria relativamente conservadora, prolongaría esta presión deflacionaria en lugar de aliviarla”.
La inflación al consumidor podría repuntar, pero solo llegar a cerca de cero en marzo, según estimaciones de Citigroup y Nomura. La previsión de consenso para todo el año entre los analistas encuestados por Bloomberg es una ganancia del 0,7%.
Las estimaciones de los economistas sobre la inflación china han superado sistemáticamente las lecturas reales de los dos últimos años.
Las presiones deflacionarias que atraviesan la economía mostraron signos de propagación en febrero, con una caída de los precios de los servicios y una disminución de los costos de los bienes de consumo duraderos. El IPC subyacente de China, que excluye elementos volátiles como los alimentos y la energía, disminuyó por primera vez desde 2021.
Dado que lograr una recuperación sostenida de la confianza de los consumidores podría llevar meses, y dependerá en gran medida de si el mercado inmobiliario toca fondo, la posible reforma de la oferta de China sería clave para aliviar la deflación de las fábricas, escribieron economistas de Citigroup, entre ellos Xinyu Ji, en un informe el domingo.
Nota Original: China’s Struggles With Supply Glut Threaten to Extend Deflation
--Con la colaboración de Rebecca Choong Wilkins y David Ingles.
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