La ONU alerta de que las drogas sinténticas están empezando a desplazar a las vegetales

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Viena, 4 mar (EFE).- La ONU exhortó este martes a la comunidad internacional a tomar medidas "urgentes" para frenar la rápida expansión de las drogas sintéticas, ya que su consumo va en camino a superar al de las tradicionales de origen vegetal y causan enormes daños a la salud.

Aunque la oferta de sustancias sintéticas aún no ha superado la demanda mundial de drogas ilícitas de origen vegetal, las primeras presentan ventajas que "están reconfigurando los mercados de drogas y podrían empezar ya a desplazar a las drogas tradicionales", destaca la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en su 'Informe 2024'.

"La dependencia y el abuso de drogas sintéticas se ha convertido rápidamente en un problema mortal, con cientos de miles de muertes por sobredosis cada año", destaca ese órgano autónomo del sistema de Naciones Unidas.

El documento recuerda que los narcotraficantes incorporan cada vez más sustancias difíciles de analizar e identificar, y han aumentado así la potencia y el impacto negativo para la salud de este tipo de drogas, también llamadas 'de diseño'.

"La rápida expansión de la industria ilícita de las drogas sintéticas representa una importante amenaza para la salud pública mundial con consecuencias potencialmente desastrosas para la humanidad", subraya en el informe Jallal Toufiq, presidente de la JIFE.

"Es urgente redoblar los esfuerzos en la prevención, el tratamiento, la rehabilitación, la reducción de daños, la recuperación y la reintegración social para proteger a la población de esas sustancias extremadamente nocivas", añade.

Entre las drogas de diseño más expandidas se encuentra la MDMA ('éxtasis'), las anfetaminas, la ketamina y sustancias como la 'K2' ('spice'), que según la JIFE "tienen consecuencias sanitarias agudas y a largo plazo", mientras que los opioides sintéticos son los que plantean los mayores riesgos de muerte por sobredosis.

Entre éstos últimos destacan el fentanilo y otros análogos, como el furanilfentanilo o el carfentanilo, que se puede encontrar en múltiples formas y puede ser 10.000 veces más potente que la morfina y 100 veces más potente que el fentanilo.

Bastan 2 miligramos de carfentanilo para provocar una sobredosis, advierte el informe.

También están proliferando los isonitacenos ('iso', 'toni' o 'nitaceno'), unas sustancias cuya fórmula química puede ser modificada fácilmente para burlar los controles de la ley.

Añadiendo fentanilo, carfentanilo o nitacenos se ha aumentado la potencia de las droga a menudo hasta niveles mortales, dice la Junta internacional, que tiene su sede en Viena.

Además del daño que causan a los consumidores, también suponen "mayores riesgos para la salud pública porque los procesos de su fabricación y tráfico pueden provocar emanaciones tóxicas, incendios, explosiones y daños ambientales en una comunidad".

A ello se añaden el peligro de fugas tóxicas durante la producción y el transporte de estas drogas, y los daños al medio ambiente derivados de los vertidos de deshechos de la fabricación ilícita.

El auge de las drogas sintéticas es atribuido por la JIFE a la mayor facilidad de producirlas y transportarlas, así como a la posibilidad de esquivar el control legal modificando las fórmulas moleculares de las sustancias.

"Los gastos operacionales son más bajos, por la flexibilidad geográfica para las instalaciones de fabricación, por efecto de la globalización (...), porque es más sencillo adquirir y sintetizar las sustancias químicas y porque hay más oportunidades de diversificación", explica.

Las sustancias sintéticas, diseñadas para imitar los efectos de las drogas de origen vegetal, pueden fabricarse fácilmente, sin apenas conocimientos técnicos o científicos. Requieren menos manos de obra y no se necesitan tierras de cultivo, todo lo que redunda en mayores beneficios.

Además, los fabricantes crean compuestos nuevos alterando las estructuras moleculares, o recurren a aditivos químicos de diseño no controlado o "enmascarados", que no figuran en los sistemas de fiscalización nacional o internacional.

Según la Junta, "la capacidad de los traficantes para desviar sustancias químicas de los mercados lícitos o crear alternativas peligrosas, así como para ocultar mejor la fabricación y el tráfico, plantea un problema acuciante".

Frente a este desafío, "no están preparadas ni las autoridades reguladoras y de aplicación de la ley ni los sistemas de salud pública", añade.

Es necesaria una estrategia amplia y coordinada para prepararse suficientemente ante la creciente amenaza de las drogas sintéticas ilícitas", insiste la JIFE, el órgano autónomo del sistema de Naciones Unidas encargado de velar por el cumplimiento de los tratados en materia de estupefacientes. EFE