Tiflis, 15 ene (EFE).- La oposición georgiana desafió hoy al gobernante Sueño Georgiano con una huelga que fue apoyada por bancos, negocios y estudiantes universitarios, que exigieron la celebración de nuevas elecciones parlamentarias en el país caucásico inmerso en una crisis política desde hace meses.
"El futuro de Georgia está en Europa. No me gusta que nuestras autoridades hayan congelado prácticamente el proceso de acercamiento a la Unión Europea" (UE), comentó a EFE Tamara, empleada del Banco de Georgia, el mayor del país.
Bancos, farmacias y universidades
Tamara se refería a la decisión del Gobierno de suspender en noviembre pasado las negociaciones de ingreso en la UE hasta 2028, lo que provocó una nueva ola de protestas antigubernamentales.
El banco no suspendió sus operaciones, pero permitió, al igual que muchas otras empresas, a decenas de sus empleados salir a la calle a participar en la huelga con banderas de Georgia y la UE.
"En el banco hicieron todo para que los huelguistas fueron sustituidos por otros colegas, de forma que no afectó a los clientes", dijo.
Los huelguistas también demandan, entre otras cosas, la liberación de los detenidos durante las protestas callejeras de los últimos meses, reprimidas duramente por las fuerzas del orden.
Varios cientos de empresas, negocios e instituciones, desde universidades hasta tiendas, cafeterías, bares, restaurantes, farmacias y compañías turísticas, se sumaron a la huelga de tres horas de duración, según los canales de televisión.
"¡Exigimos justicia!", rezaba el cartel que ondeaba Jatia, empleada de una red de farmacias en Tiflis.
Explicó a EFE que, "como se trata de un negocio vinculado con la medicina, decidimos hacer huelga sólo durante cinco minutos".
Sea como sea, añadió, "no queremos que Georgia viva en el aislamiento y también estamos en contra de la violencia".
Los estudiantes de las universidades del centro de la capital, en particular la Universidad de Tiflis, también participaron en la huelga que comenzó a las 15.00 hora local (11.00 GMT).
"¡Demandamos nuevas elecciones! ¡Liberen a los detenidos ilegalmente!", gritaban los asistentes, en su mayoría estudiantes.
En la plaza de la República de Tiflis unas 200 personas, a las que se sumó la expresidenta georgiana Salomé Zurabishvili, bloquearon el tráfico rodado.
Zurabishvili, que no reconoce ni al Gobierno que salió de las elecciones de octubre ni al nuevo jefe del Estado elegido en diciembre, subrayó que la huelga es una protesta pacífica.
Según la oposición, la política del actual Gobierno aboca al país al aislamiento ya que cada vez más países rechazan las polémicas leyes "de agentes extranjeros" y contra la propaganda LGBT, los resultados de las fraudulentas -según los opositores- elecciones legislativas y la decisión de Sueño Georgiano de no negociar con la UE.
"Tomando en cuenta las estadísticas de los negocios en Georgia podemos más bien hablar de una acción política de quienes no comparten la política de las actuales autoridades", dijo a EFE el economista Gueorgui Abashisvili, director de la compañía Business Insider Georgia.
El analista destacó que "Georgia garantiza la libertad empresarial y de expresión. En las protestas participan incluso empleados del sector estatal".
Desde el pasado 28 de noviembre en Tiflis y otras ciudades del país tienen lugar manifestaciones antigubernamentales provocadas por la decisión del Gobierno de congelar el diálogo con Bruselas, aún cuando la adhesión al bloque europeo está acuñado en la Constitución.
La oposición acusa a Sueño Georgiano de apartarse de la vía europeísta y acercarse a Rusia, mientras que las autoridades niegan estos términos y aseguran que para 2028 Georgia estará mejor preparada para afrontar las negociaciones de ingreso en la UE. EFE
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