El Mallorca, residuo cero, sostenible, ahorra un 30% de agua en el riego del césped

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Javier Peña Atienza

 Madrid, 10 ene (EFE).- El RCD Mallorca se ha codeado con la élite esta semana en la Supercopa, en Arabia Saudí. Son Moix, su estadio, es una de sus grandes fortalezas. La sostenibilidad va unida a su nueva vida. Contará con la certificación de residuo cero y tras la remodelación de su campo, puede llegar a acumular hasta 75.000 litros de agua y ahorrar hasta un 30 por ciento de agua en el riego del césped. Más allá de Sergio Darder o Muriqi, el Mallorca también crece desde las oficinas y la dirección de su CEO, Alfonso Díaz.

Son Moix ha tenido una gran transformación en estos últimos años. No solo ha cambiado su apariencia, sino también su propósito. Tras la eliminación de la pista de atletismo y la renovación de las tribunas, el Mallorca ha transformado este espacio en un lugar moderno y funcional, inaugurando un ‘sport bar’ y avanzando en la construcción de un gimnasio y una clínica. Sin embargo, el cambio más significativo va más allá de lo visible al querer convertirse en un referente de sostenibilidad.

Será el primer estadio de España y el tercero de Europa, junto al del Hoffenheim y al del Leipzig, en obtener la certificación de residuo cero, reafirmando su compromiso con la isla. Esta iniciativa incluye un sistema innovador de ahorro de agua y el desarrollo de una infraestructura para fomentar la movilidad eléctrica.

“El proyecto con el que estamos trabajando ojalá pueda estar terminado en los próximos dos o tres años para tener un recinto plenamente sostenible. Esto conseguirá una responsabilidad de cara a la sociedad y a nuestra isla”, ha indicado Alfonso Díaz, CEO de Negocio del Mallorca, en una entrevista con la agencia EFE.

El estadio es el epicentro del cambio que ha vivido el club en los últimos tiempos, tanto a nivel deportivo como social y económico. Actualmente, el Mallorca atraviesa un periodo financiero más sólido que nunca, habiendo alcanzado la final de la Copa del Rey el año pasado y clasificándose para la Supercopa de España. La masa social del club ha crecido exponencialmente, pasando de 15.000 a cerca de 23.000 abonados desde el inicio de la renovación de Son Moix.

“El estadio es el eje angular de este cambio a nivel social. Somos un club cada vez más grande, donde hay cada vez más afición y las asistencias medias se han duplicado. Más gente está viniendo porque todo el mundo está encontrando su espacio y eso es fundamental para seguir creciendo”, ha remarcado Alfonso Díaz.

Entre las iniciativas más destacadas de este proyecto, que el CEO de Negocio califica como “ilusionante y bonito”, resalta la transformación del estadio en un modelo de residuo cero. Gracias a un acuerdo con PreZero, empresa alemana del Grupo Schwarz, se gestionarían todos los residuos generados para que sean reciclados o reutilizados.

Una vez finalizado este ambicioso plan, Son Moix se convertirá en el primer campo de España y el tercero de Europa, junto a Hoffenheim y Leipzig, también ligados a la misma empresa, en conseguir esta certificación, lo que permitirá resolver la compleja gestión, transporte y tratamiento de los desechos.

“En la isla, el tema de los residuos genera mayor problema porque al final todo lo que se produce tiene esa complejidad de transportarlo a la Península. Por ello, tenemos esa responsabilidad por nuestra parte de aportar ese granito de arena”, ha explicado Alfonso Díaz.

El agua es otro elemento fundamental en este proyecto. Cada año, la llegada de millones de turistas pone de manifiesto el problema de la obtención del agua al ser un territorio que no cuenta con grandes ríos ni lagos.

“Tenemos que poner también nuestro granito de arena en este aspecto. La recogida del agua de lluvia se hace a través de la nueva cubierta que instalamos en la grada este. Toda el agua llega a unos depósitos con capacidad para 75.000 litros que están debajo de la grada. Esto se utilizará para el riego del campo que nos dará la posibilidad de ahorrar alrededor de un 30%”, ha declarado el CEO.

Este sistema permite regar el césped con un ahorro estimado del 30% en el consumo de agua, una solución crucial en un territorio donde la falta de recursos hídricos es un desafío constante.

Además de conseguir el reciclaje de todos los residuos y de ahorrar en el consumo del agua, el proyecto va más allá. La movilidad sostenible es una pieza clave queriendo transformar Son Moix en un centro de energía solar y eléctrica.

Actualmente, el club está inmerso en la instalación de placas solares en la nueva cubierta del estadio para conseguir la mayor cantidad de energía limpia y reducir el uso de energías no renovables perjudiciales para el medioambiente.

Por otro lado, tienen en mente el desafío de la movilidad eléctrica. Para abordarlo, han incluido la creación de un aparcamiento en las afueras del recinto con capacidad para 400 plazas. Todas ellas, irán equipadas con el material necesario para la carga de vehículos eléctricos. Además de reducir la contaminación, el club espera que esta infraestructura sirva como “parking disuasorio” para aliviar la contaminación en el centro de la ciudad.

“Tenemos un gran problema porque el centro de Palma cada vez está más congestionado. Queremos conseguir un centro neurálgico donde se puedan cargar los vehículos eléctricos y que sea un parking disuasorio. Cada vez somos más y tenemos que ser más sostenibles”, ha subrayado Alfonso Díaz. EFE

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