Rebeldes de RDC exportaron ilegalmente 150 toneladas de coltán a Ruanda en 2024, según ONU

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Kinsasa, 9 ene (EFE).- Los rebeldes del este de la República Democrática del Congo (RDC) exportaron de forma fraudulenta al menos 150 toneladas de coltán a Ruanda en 2024, lo que benefició a la economía ruandesa y supuso la mayor contaminación registrada en la cadena de suministro de minerales de la región de los Grandes Lagos, alerta un informe del Grupo de Expertos de la ONU sobre la RDC.

Según el informe, recogido este jueves por medios locales, los flujos comenzaron después de que el pasado abril la Alianza Río Congo (AFC, en francés) y el grupo rebelde Movimiento del 23 de marzo (M23) se apoderaran de la zona de Rubaya, que posee las minas con mayor producción de coltán del mundo.

Los rebeldes establecieron en esta localidad, situada en la provincia de Kivu del Norte, una administración paralela al Gobierno para controlar la actividad minera, el comercio, el transporte y los impuestos sobre los minerales producidos, garantizándose así el monopolio de la exportación de coltán a Ruanda.

El coltán, fundamental en la industria tecnológica por su capacidad como súperconductor de electricidad, es un mineral que se usa para fabricar condensadores y baterías en teléfonos móviles, computadoras portátiles y otros dispositivos.

Tras la toma de Rubaya, los grupos AFC y M23 priorizaron el comercio de gran volumen y comenzaron a aplicar importantes impuestos sobre la producción y el comercio de coltán, lo que permitió crear un negocio que ha beneficiado tanto a los rebeldes -tan sólo con los impuestos recaudaron al menos 800.000 dolares mensuales en 2024- como a la economía ruandesa.

Asimismo, el control de las rutas de transporte por parte de los rebeldes permitió que la exportación de los minerales congoleños se mezclaran con la propia producción de Ruanda.

"Esto constituye la contaminación más importante de las cadenas de minerales registrada en la región de los Grandes Lagos en la última década", señaló la ONU.

Según el informe, los rebeldes crearon un "ministerio" para organizar todos los aspectos de la producción y el transporte, entregando permisos a excavadores y comerciantes para asegurarse que los minerales se venden unicamente a comerciantes congoleños y ruandeses autorizados por ellos.

También mejoraron las condiciones salariales de los excavadores, duplicando su remuneración, para garantizar que continuaran con su trabajo en las minas.

El informe también señala que, para apoyar su expansión territorial, los rebeldes del AFC y del M23 intensificaron el reclutamiento forzoso y voluntario, incluido el de menores.

Desde abril de 2024, miles de nuevos reclutas procedentes de los territorios controlados por la coalición rebelde congoleña así como de las provincias vecinas fueron entrenados en campamentos militares.

Según la ONU, el entrenamiento no fue únicamente militar, sino que los rebeldes también invirtieron en adoctrinamiento ideológico, recopilación de inteligencia y tácticas de reclutamiento en territorios que aún no controlan, con el objetivo de influir y movilizar a la población local.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por más de un centenar de grupos rebeldes y el Ejército, pese a la presencia de la misión de la Organización de las Naciones Unidas para la Estabilización en la República Democrática del Congo (Monusco). EFE

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