Al menos 340 desplazados han muerto por las malas condiciones en la región etíope de Tigré

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Adís Abeba, 9 ene (EFE).- Al menos 340 desplazados murieron en los últimos meses en la región etíope de Tigré (norte), enfrentada en una devastadora guerra con el Ejército federal del país entre 2020 y 2022, a causa de las malas condiciones de vida y la escasez de alimentos, denunciaron responsables de los campos en los que viven.

Según declararon este jueves al diario local Addis Standard coordinadores de diferentes campos de desplazados en la región, los residentes de un centenar de estos campos se enfrentan a la falta de alimentos, acceso limitado a la atención médica y asistencia humanitaria insuficiente.

El retorno de los desplazados a sus hogares y la respuesta ante la crisis humanitaria se ha visto dificultada por las luchas internas en el histórico Frente de Liberación del Pueblo del Tigré (FLPT), que gobernaba la región cuando estalló la guerra y se enfrentó a las tropas del Gobierno federal etíope durante el conflicto.

Según el coordinador de los desplazados en la ciudad de Shire, Wolay Berhe, casi 300 personas en el campo de Hintsad han muerto en los últimos tres meses por el hambre y se registra al menos una muerte diaria, con a veces dos o tres entierros en una sola jornada.

"Las madres, los niños y los ancianos son particularmente vulnerables. Las muertes se deben principalmente al hambre y a la falta de atención médica", explicó Wolay.

"Solo el 40 % de los 500.000 desplazados en Shire y sus alrededores reciben asistencia (...). A pesar del creciente número de muertos, no se está haciendo ningún esfuerzo por contar, registrar o resolver la situación", añadió.

La misma situación se repite en otros lugares, como en la ciudad de Adigrat, donde la inseguridad alimentaria y el hacinamiento han causado la muerte de al menos 40 personas en los últimos meses, según Berhane Kahssay, coordinador de más de 65.000 desplazados en esa localidad.

"Incluso los que figuran en las listas de ayuda (alimentaria) se enfrentan a distribuciones irregulares e insuficientes", denunció Berhane.

El coordinador subrayó que los campos están superpoblados, con múltiples familias obligadas a vivir en un mismo refugio o en espacios reducidos, lo que provoca la "rápida propagación de enfermedades como el cólera, la malaria y las infecciones respiratorias".

Además, la atención sanitaria se limita unicamente a quienes pueden pagar los servicios, alertó.

El pasado julio, Etiopía lanzó un programa de retorno para cerca de un millón de personas todavía desplazadas en Tigré pero, según el Addis Standard, el plan se vio interrumpido poco después y las autoridades tigrinas no revelaron cuándo se pondrá en marcha de nuevo.

Según las Naciones Unidas, el pasado septiembre solo 56.000 personas habían regresado a sus hogares en Tigré.

Este estancamiento se ha visto agravado por la crisis política que atraviesa la región, alimentada por el enfrentamiento entre el actual presidente de la Gobierno interino de Tigré establecido tras la guerra y miembro del FLPT, Getachew Reda, y el veterano presidente del partido, Debretsion Gebremichael.

"Las divisiones internas en el seno de nuestros dirigentes han obstaculizado aún más nuestra capacidad para negociar y defender eficazmente a nuestro pueblo", admitió Getachew en una rueda de prensa reciente.

Tigré vivió una guerra civil que empezó el 4 de noviembre de 2020, cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el partido que gobernaba entonces la región, en respuesta a un ataque a una base militar federal y tras una escalada de tensiones políticas.

Tras dos años de conflicto, ambas partes firmaron en noviembre de 2022 un acuerdo de paz auspiciado por la Unión Africana (UA) que permitió la entrada progresiva de ayuda a Tigré, donde la ONU había denunciado un "bloqueo humanitario de facto".

Al menos 600.000 personas murieron durante el conflicto, según el mediador de la UA en la contienda, el expresidente nigeriano Olusegun Obasanjo. EFE

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