Mónica Rubalcava
Los Ángeles (EE.UU.), 7 ene (EFE).-El incendio que avanza sin control en Pacific Palisades (al oeste de Los Ángeles) y que ha obligado a la evacuación de al menos 30.000 personas, ha dejado en la calle a cientos de personas, mientras las llamas avanzan entre las casas.
Robyn Johnson, una mujer de 53 años, es una de las miles de personas afectadas que esta noche afrontan incertidumbre por un incendio que se ha extendido en solo unas pocas hora avivado por fuertes vientos.
"Solo pude empacar dos mochilas. Acabamos de pagar la renta y si se destruyen nuestras casas, sufriremos una fuerte pérdida de ingresos, especialmente en California, en donde todo es muy caro", cuenta Johnson, que no sabe si perdió su apartamento esta tarde por las llamas, en entrevista con EFE.
Johnson llegó al refugio del Westwood Recreational Center ubicado en Los Ángeles gracias a que un bombero se ofreció a llevarla en medio del caos. La mujer teme por su comunidad y está resignada a lo que pueda pasar con sus pertenencias: "Es una zona de ricos, pero yo no lo soy, yo soy una maestra jubilada", dice.
En una pocas horas el incendio que comenzó la mañana de este martes, ha pasado de afectar 200 acres a casi 3.000 por la tarde y pese a la movilización de los bomberos para luchar contra las llamas, el desastre no ha podido ser contenido, según información del departamento de bomberos de Los Ángeles (LAFD).
Hasta el momento no se han reportado muertes, pero alrededor de 10.000 viviendas y unas 13.000 estructuras se encuentran en peligro, entre ellas edificios icónicos como Getty Villa, con una excepcional colección de arte antiguo.
Al único refugio activo hasta el momento habilitado por la Cruz Roja estadounidense han llegado alrededor de 40 personas y todavía podría recibir poco más de 200 personas más, según informó a EFE Ricardo Alterno, uno de los voluntarios de la organización sin fines de lucro.
Hasta el momento el albergue, que también recibe mascotas, no ha recibido a personas heridas de gravedad y en su mayoría se trata de personas de la tercera edad.
"Es un gimnasio que cumple con todas las medidas de seguridad para tener a las familias dentro del lugar en donde se les ofrece soporte psicológico, soporte médico y alimentación", dice.
El incendio, que mantiene en estado de emergencia al oeste de Los Ángeles, ha generado la expectación de residentes de zonas vecinas como a Annie Goeki, una habitante de Santa Mónica, a quien le preocupa lo que pueda suceder durante la noche.
"Aunque ahora mismo me siento segura, creo que puede afectarnos, en verdad me siento mal por la gente, por la tierra y por los animales, esto es culpa del cambio climático", dice a EFE.
Las autoridades han avisado que se espera que la tormenta de viento continúe hasta el jueves y eso haga que las llamas puedas extenderse rápidamente en zonas habitadas. EFE
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