Pekín, 7 ene (EFE).- La no inscripción en la liga y posible disolución del otrora gigante histórico del fútbol chino, el Guangzhou FC, deja un balance de solo tres clubes en activo de los 12 que comenzaron la era del profesionalismo en el gigante asiático.
La Jia-A, que existía previamente como una competición amateur, se convirtió en 1994 en la primera liga profesional del país para sentar las bases del desarrollo del fútbol en China, y de la que solo tres clubes permanecen en activo más de 30 años después: Shanghai Shenhua, Shandong Taishan y Beijing Guoan.
El conocido como Guangzhou Apollo cuando se inició la era del profesionalismo en China marcó una época dorada en el fútbol del país.
Con ocho títulos de la Superliga China (CSL, sucesora desde 2003 de la Jia-A) y dos Ligas de Campeones de la AFC, el club se consolidó como uno de los gigantes del continente, pero su exclusión de la próxima temporada refleja las profundas dificultades financieras que han marcado el declive del fútbol profesional en China.
Profesionales con pies de barro
Entre los equipos que participaron en la primera temporada de la Jia-A, algunos jugaron un papel clave en el desarrollo del fútbol chino antes de desaparecer.
El Dalian Shide, conocido inicialmente como Dalian Wanda, fue el primer campeón de la liga profesional en 1994 y uno de los clubes más exitosos del fútbol chino con ocho campeonatos domésticos.
Su desaparición en 2012, tras un intento fallido de fusión con el Dalian Aerbin, marcó el fin de una era.
Otro caso significativo fue el Bayi Football Team, representativo del Ejército Popular de Liberación (EPL, Ejército chino).
A diferencia de equipos militares como el CSKA de Moscú o el Partizán de Belgrado, que se profesionalizaron, el Bayi no pudo adaptarse al modelo moderno y se disolvió en 2003 por restricciones financieras y su incapacidad para fichar jugadores extranjeros.
El Liaoning FC, primer club chino en ganar el máximo título continental al conquistar la Liga de Campeones Asiática en 1990, también formó parte de los fundadores de la Jia-A.
A pesar de su histórico palmarés, el equipo fue descalificado en 2020 debido a deudas impagadas.
Finalmente, el Jiangsu Suning evidenció las dificultades económicas del fútbol chino al coronarse campeón de la Superliga en 2020 y desaparecer tres meses después, incapaz de mantener sus operaciones.
Tres ejemplos de solvencia
En contraste con estos casos, tres equipos fundadores de la Jia-A han logrado mantenerse activos más de tres décadas después: Shanghai Shenhua, Shandong Taishan y Beijing Guoan.
El conjunto de la megalópolis oriental de Shanghái, uno de los clubes más antiguos del país, obtuvo dos títulos durante la era profesional de la Jia-A, aunque el segundo de ellos, en 2003, fue anulado una década después debido a un escándalo de amaño de partidos.
A lo largo de su historia, el equipo ha contado con entrenadores como los españoles Gregorio Manzano y Quique Sánchez Flores y con figuras internacionales de renombre como el francés Nicolás Anelka y el marfileño Didier Drogba.
El club capitalino, por su parte, acaba de incorporar al español Quique Setién, exentrenador del Barcelona y Villarreal, como técnico del equipo.
Previamente, el Beijing Guoan ya había contado con Manzano y José González en el banquillo, además de jugadores destacados como el español Jonathan Viera, el maliense Frédéric Kanouté o el congoleño Cédric Bakambu.
El Shandong Taishan, históricamente conocido como Shandong Luneng y campeón de la edición de 1999 de la Jia-A, además de en cuatro ocasiones de la CSL, cuenta con una destacada cantera de talentos nacionales.
Una reconstrucción para tapar el pasado
Las desapariciones de clubes históricos reflejan los profundos problemas estructurales que enfrenta el fútbol chino, resultado de un modelo insostenible basado en fichajes multimillonarios y casos de corrupción.
La pandemia de covid-19 agravó la crisis, causando la desaparición de más de 30 clubes desde 2020.
Ante este contexto, se implementaron límites salariales en 2019 para frenar los excesos, restringiendo los contratos extranjeros a un máximo de tres millones de euros anuales.
Sin embargo, escándalos recientes, como la condena a 20 años de prisión del exseleccionador Li Tie por sobornos, han minado aún más la confianza en el sistema.
El fútbol chino busca reconstruir su futuro con reformas previstas para 2025, centradas en una gestión más transparente y en la promoción del talento local, elementos clave para recuperar la estabilidad y el prestigio perdido. EFE