Londres, 6 ene (EFE).- El ya exarzobispo de Canterbury, Justin Welby, dejará oficialmente su cargo como primado de la Iglesia de Inglaterra al término de este lunes, casi dos meses después de anunciar su renuncia por no haber actuado cuando en 2013 conoció un grave caso de abusos infantiles en el seno de esta comunión.
Welby, cabeza visible de los anglicanos en el mundo desde 2013, entrega simbólicamente el báculo que simboliza el liderazgo de la Iglesia de Inglaterra al arzobispo de York, Stephen Cottrell, que también sufrió presiones para dimitir por su gestión en torno a un caso de abuso sexual de un religioso, y que ocupará este cargo de forma provisional.
Cuando tomó el mando de la Iglesia de Inglaterra, el ahora exprimado fue informado de que la Policía estaba al corriente de los presuntos abusos cometidos por el líder de los campamentos cristianos en el Reino Unido y África, John Smyth, algo sobre lo que pensó que "tenía solución", según expresó en la nota en la que anunció su dimisión el pasado 11 de noviembre.
"Está claro que debo asumir la responsabilidad personal e institucional por el largo y traumático período comprendido entre 2013 y 2024", cuando una investigación expuso los errores cometidos por las partes y su responsabilidad individual, afirmó Welby, que ofició la coronación de Carlos III en mayo y las bodas de los príncipes Guillermo y Enrique.
El llamado informe Markin, presentado una semana antes de su dimisión, concluyó que el arzobispo posibilitó con su inacción que continuaran los delitos que supuestamente cometió el abogado canadiense, a quien se atribuye el abuso sexual, físico y psicológico de más de un centenar de menores.
Se cree que Smyth, que murió en Suráfrica en 2018 a los 77 años, fue el abusador más prolífico asociado a la Iglesia de Inglaterra, como organizador a través de la entidad Iwerne Trust de campamentos para alumnos de colegios privados, y la Policía comenzó a investigarlo en 2017 tras emitirse un documental sobre los hechos en el Canal 4.
Desde su dimisión, Welby ha limitado su actividad pública y no pronunció ni el sermón de Navidad en la catedral de Canterbury ni se emitió su tradicional mensaje de año nuevo en la BBC.
A partir de este martes, la mayoría de funciones oficiales del primado las ocupará Cottrell, ocupaciones que también asumirá la obispa de Londres, Sarah Mullally, mientras que las actividades diocesanas las coordinará la obispa de Dover, Rose Hudson-Wilkin, según medios locales.
La elección del nuevo primado de la Iglesia de Inglaterra se demorará, afirmaron las mismas fuentes, al menos hasta otoño boreal, y la desarrollará la Comisión de Nombramientos de la Corona (CNC), un órgano compuesto por 17 religiosos.
El nuevo líder del anglicanismo en el mundo deberá recibir dos tercios de los apoyos de esta comisión en una votación secreta para luego ser designado oficialmente por el rey Carlos III, cabeza (no religiosa) de esta confesión. EFE