Calma precaria tras la victoria rebelde sobre una ciudad en el noreste de la RD del Congo

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Kinsasa, 6 ene (EFE).- La estratégica ciudad de Masisi, en la provincia congoleña de Kivu del Norte (noreste), vive una calma precaria este lunes después de que el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) tomara el control el sábado de la urbe tras fuertes combates, informó a EFE un líder de la sociedad civil.

"La ciudad de Masisi (capital del territorio homónimo) sigue en una calma precaria, pero hay que alertar sobre el continuo refuerzo del enemigo en hombres y armas desde la noche hasta esta mañana", dijo a EFE por teléfono un responsable de la sociedad civil en el territorio de Masisi, Telesphore Nitendike.

"También tenemos que denunciar que el enemigo ha vandalizado todas las oficinas administrativas y ha saqueado los despachos y documentos", añadió.

Después de fuertes combates entre el M23 y el Ejército congoleño, apoyado por sus milicias aliadas, conocidas como 'wazalendo' (‘patriotas’, en suajili), los rebeldes tomaron el control este sábado de Masisi, situada solo a unos 80 kilómetros de Goma, capital provincial que el M23 ya ocupó durante diez días en 2012.

"Estamos consternados por la toma de Masisi (...) por los insurgentes del M23, que también se han apoderado de la ciudad de Lushebere. Esto está sumiendo al territorio en un grave desastre humanitario", declaró el sábado a medios locales al confirmar los hechos el diputado provincial Alexis Kahunga.

Kahunga alertó que "la población ha abandonado todos los pueblos y ciudades (de la zona) y ha huido a diferentes lugares", algo confirmado por Nitendike.

Aunque los combates se han reducido este lunes, el representante de la sociedad civil señaló que al menos cuatro civiles murieron y un número indeterminado resultaron heridos a causa de una bomba lanzada por el M23 en la cercana localidad de Bweremana este lunes.

Estos hechos se produjeron un mes después de que se suspendiera la cumbre sobre el proceso de paz en el este de la RDC prevista para el pasado 15 de diciembre en Angola y en la que debían participar los presidentes congoleño y ruandés, Félix Tshisekedi y Paul Kagame.

Se trataba de un encuentro importante, al ser el primero en el que iban a participar los presidentes de la RDC y de Ruanda, tras siete diálogos previos entre sendos ministerios de Exteriores.

Aunque las autoridades ruandesas niegan la presunta colaboración de Kigali con el M23, este extremo ha sido confirmado por la ONU y Kagame ha mostrado su apoyo público a los rebeldes.

A su vez, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con el grupo rebelde Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundado en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados en la RDC para recuperar el poder político en su país, una colaboración también confirmada por la ONU.

La actividad armada del M23 se reactivó en 2022 después de años de relativa calma y, desde entonces, el grupo ha avanzado por varios frentes hasta situarse cerca de Goma, a orillas del lago Kivu.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco) y de la fuerza regional de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SAMIDRC). EFE

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