Rostyslav Averchuk
Leópolis (Ucrania), 3 ene (EFE).- Muchos en Ucrania y en el extranjero esperan que los combates terminen en 2025 -en el contexto de la promesa del presidente electo de EEUU, Donald Trump, de poner fin a la guerra- pero muchos advierten contra las falsas ilusiones y piden maximizar los esfuerzos en este momento crítico para asegurarse de que Rusia no pueda continuar o renovar su agresión pronto.
“A todos nos gustaría que la guerra terminara lo antes posible, pero la experiencia me dice que eso es poco probable”, explica a EFE Maksim, un voluntario civil de la ciudad occidental de Leópolis.
Junto con sus amigos, ensambla al mes decenas de pequeños drones “kamikaze” para una unidad del ejército ucraniano. Agotados y con pocas certezas de una victoria absoluta, muchos soldados y sus ayudantes en la retaguardia no ven otra opción que seguir luchando, mientras Rusia no da señales de renunciar a sus ultimátums a Ucrania.
No se puede confiar en Rusia y cualquier acuerdo que la deje en gran medida ilesa y aferrada a sus costumbres conducirá a una nueva agresión. De eso están seguros Maksim y docenas de otros ucranianos con quienes EFE ha hablado recientemente.
Aunque muchos -alrededor del 45 % según la última encuesta del Instituto Internacional de Sociología de Kiev- vinculan sus esperanzas de poner fin a la guerra con la llegada al poder de Trump, los ucranianos están preocupados de que esto no traiga consigo una paz justa y segura.
“Soñamos con la paz, pero no necesitamos una paz a cualquier precio”, comentó a EFE el director del Instituto, Anton Grushetski.
La prioridad de los ucranianos es recibir garantías de seguridad que hagan imposible una futura agresión rusa, explicó.
Los intentos iniciales de Trump y Keith Kellogg, su representante especial para Ucrania y Rusia, de llevar a Rusia a una mesa de negociaciones probablemente fracasarán, advirtió a EFE Oleksí Melnik, analista de seguridad internacional del Centro Razumkov de Kiev.
Según Melnik, Rusia sigue decidida a destruir completamente a Ucrania como país independiente y rechazaría cualquier sugerencia de buscar un compromiso que no esté respaldado por suficiente fuerza.
Estados Unidos y otros socios tendrían que aumentar la presión contra el país invasor fortaleciendo a Ucrania mediante un mayor apoyo militar y socavando la base de la capacidad de Rusia para librar una guerra recortando sus exportaciones de energía, entre otras medidas, sostiene Melnik.
La ilusión de la paz
Lo más probable es que, incluso si los combates activos terminan en 2025 esto no signifique el fin de la guerra, advierte también Maksim Golubok, jefe del Estado Mayor de la brigada Jartia de la Guardia Nacional de Ucrania.
“El enemigo puede aprovechar la posible congelación de las hostilidades para acumular recursos, preparar reservas e intentar atacar de nuevo para capturar la zona de nuestro país de la que tenía previsto apoderarse desde el principio”, explicó a NV Radio.
Congelar la guerra ahora sólo crearía “una ilusión de paz” que Rusia utilizará para recuperar fuerzas, desestabilizar a Ucrania por otros medios e intensificar su agresión, coincide Taras Zhovtenko, del grupo de expertos Iniciativas Democráticas de Ucrania.
Por eso Ucrania debe convencer a Donald Trump de que le conviene derrotar a Putin junto con los ucranianos y no sólo porque es justo sino porque sería beneficioso para Estados Unidos, escribe también para el Grupo Resistencia Informativa el analista militar Oleksandr Kovalenko.
Confiar en sus propias fuerzas
Ninguna garantía de seguridad que Ucrania pueda recibir de sus socios en el extranjero significa que los ucranianos pueden encargar a otros la defensa del país, advierte Denis Prokopenko, comandante de la Brigada “Azov”.
La creencia de que la guerra llegue a terminar en 2025 podría ser profundamente dañina para la sociedad ucraniana al adormecerla con una falsa sensación de seguridad en un momento en que relajarse significa perder el propio Estado y la independencia, subrayó en una publicación reciente en X.
Incluso si las hostilidades cesan en 2025, el enemigo existencial permanecerá en las fronteras de Ucrania y nunca renunciará a su intención de ocuparla, advierte Prokopenko.
“No tenemos otra opción que continuar con la reforma militar, desarrollar nuestra industria de defensa y prepararnos, porque la próxima vez los ocupantes volverán aún más fuertes y mejor preparados”, advirtió. EFE
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