Berlín, 2 ene (EFE).- Berlín, principal escenario del uso ilegal de productos pirotécnicos la pasada Nochevieja de Alemania, manifestó este jueves su deseo de ver medidas de control frente a una tradición de despedir el año con petardos y cohetes que causó al menos cinco muertos y multitud de heridos.
Según recogió este martes la radiotelevisión local 'RBB', Kai Wegner, alcalde gobernador de la ciudad estado que es Berlín y político de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), dijo que "la importación de las llamadas bombas pirotécnicas, que ya están prohibidas en Alemania, solo puede evitarse con controles fronterizos más estrictos".
Las llamadas 'bombas pirotécnicas' son utilizadas normalmente por profesionales, debido a su peligrosidad y complejidad, en espectáculos pirotécnicos, pero sus explosiones también se registraron en la pasada Nochevieja en lugares como Berlín a cargo de particulares que las habían adquirido en el extranjero.
Las palabras de Wegner fueron secundadas por el también político democristiano Burkard Dregger, responsable de Interior en el parlamento regional berlinés y quien pidió "más duros controles fronterizos" ante el uso de esas "bombas pirotécnicas".
También en Los Verdes, formación de la oposición en Berlín, mostraron su rechazo al uso de esos productos y el político ecologista Vasili Franco pidió incluso la prohibición general de petardos y fuegos artificiales.
"Los explosivos deben estar en manos de profesionales y no de juerguistas borrachos. Si nos tomamos en serio la seguridad, no hay más remedio que prohibir por adelantado la venta de fuegos artificiales y generalizar las zonas de prohibición", manifestó Franco en su cuenta de la red social X.
Según el primer balance que hicieron las autoridades germanas el miércoles, al menos cinco personas perdieron la vida en accidentes relacionados con artefactos pirotécnicos, que causaron centenares de heridos, según recogen este martes los medios locales.
La venta de estos productos pirotécnicos en Alemania para Nochevieja, cuyo uso es una tradición en el país centroeuropeo, se estima que iba a generar unos 180 millones de euros en los días previos a la última noche del año, según la Asociación de la Industria Pirotécnica (VPI, por sus siglas alemanas). EFE