París, 31 dic (EFE).- La Bolsa de París cerró este martes con una subida de su índice general del 0,92 % que no le evita una pérdida en el conjunto del año del 2,15 %, castigada por la inestabilidad y la incertidumbre política en Francia, lo que le distingue de las otras grandes plazas occidentales.
El CAC-40 comenzó ligeramente a la baja esta última jornada bursátil de 2024 que fue tres horas y media más breve de lo habitual y con muy poca actividad en el parqué, ya que únicamente se negociaron títulos por valor de 862 millones de años.
Pero en poco más de media hora pasó a territorio positivo al superar los 7.313,56 puntos del cierre de la víspera.
La tendencia continuó siendo ascendente hasta el momento de la clausura de las operaciones en el que fue el máximo del día con 7.381,26 puntos.
Eso significa que el último tramo del ejercicio ha sido más bien positivo, con un ascenso del 1,11 % en una semana y del 1,75 % en un mes.
Sin embargo, si se toma una perspectiva más larga el contraste con las otras bolsas europeas u occidentales es particularmente marcado.
El indicador de tendencia de la Bolsa de París había empezado con mucha fuerza 2024. El 7 de marzo superó por primera vez en la historia el umbral simbólico de los 8.000 puntos y llegó el 10 de mayo hasta 8.259 puntos, que es su récord hasta ahora.
Las cosas se torcieron en junio, primero de forma suave con el primer descenso de tipos de interés decidido el día 6 por el Banco Central Europeo (BCE) y luego de forma abrupta tras el anuncio el día 9 por el presidente francés, Emmanuel Macron, de elecciones legislativas anticipadas al sufrir esa noche una sonada derrota ante la extrema derecha en los comicios europeos.
Pese a la recuperación de diciembre, desde entonces el CAC-40 acumula una depreciación superior al 10 % porque los inversores han evitado las acciones y la deuda francesa ante una situación política que se ha demostrado inestable, y que no tiene visos de cambiar a corto y medio plazo.
En 2024, 23 de las 40 empresas del selectivo francés han cotizado a la baja, y en algunos casos los descalabros han sido mayúsculos, sobre todo el grupo de microchips e informática STMicroelectronics (46,35 %), la sociedad de sistemas de pago Edenred (41,49 %), la compañía de lujo Kering (40,29 %) o el fabricante automovilístico Stellantis (40,20 %).
En términos generales, el sector del lujo -que es el que más peso relativo tiene en el CAC-40-, se ha visto afectado por el ambiente general en Francia, pero también por una ralentización del consumo en todo el mundo, y en particular en China, que ha sido la principal fuente de expansión en los últimos años.
Más allá del caso extremo de Kering, el gigante LVMH ha cedido un 13,37 %. Hermès, sin embargo, ha conseguido negociar mucho mejor el bache y ha terminado con un incremento del 21,01 %.
En cuanto a los bancos, si se los compara con las entidades de otros países europeos, se han visto menos favorecidos por las condiciones financieras por su fuerte dependencia de las políticas públicas francesas
La mejor ilustración es el primer banco francés, BNP Paribas, que ha descendido un 5,38 %. Crédit Agricole ha conseguido progresar un 3,41 % y Société Générale se ha desmarcado con un alza del 13,05 %.
El mejor parado de todos los miembros del selectivo francés es uno de los recién llegados, el grupo hotelero Accor, que se ha apreciado un 35,95 %.
Le siguen con las mejores evoluciones el fabricante de motores aeronáuticos Safran (33,01 %), el fabricante de material eléctrico Schneider Electric (32,52 %), la compañía de lentes Essilorluxottica (29,74 %) y la compañía de materiales de construcción Saint Gobain (28,56 %).
En el sector del automóvil, resulta en parte sorprendente que mientras Stellantis figura entre los grandes perdedores, su competidor Renault ha ganado un 27,49 %. EFE