Terna y ganadería a hombros en el cierre de la Feria de Cali

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Cali (Colombia), 30 dic (EFE).- El torero venezolano Jesús Enrique Colombo y sus colegas españoles Manuel Escribano y Román se convirtieron en los grandes triunfadores de la corrida de cierre de la 67 Feria de Cali. 

El primero de ellos sumó dos orejas simbólicas, tras indultar al tercero de la tarde, y otro trofeo en el sexto. Escribano desorejó al primero de la tarde y Román hizo lo mismo con el quinto.

Un bravo y encastado encierro de Campo Real se dejó ver en la arena caleña para gozo de los aficionados.

Emotivo fue el comienzo de la tarde, con un toro armado con dos inmensas perchas por pitones, amén de repetidor en el capote firme y templado de Manuel Escribano.

El tono de la faena se mantuvo arriba con las banderillas a cuatro a manos del propio Escribano y su invitado, Jesús Enrique Colombo.

Muy puesto el lidiador al comienzo de la fase decisiva con la muleta, con series que transmiten conocimiento y arte. Y el toro, noble y humillando, pero sin terminar sus viajes. Espada trasera y tendida. Dos orejas, una de ellas inmerecida. Al igual que la vuelta al ruedo al toro.

De variada capa, el segundo de Campo Real fue, en principio, un interrogante. Solo que Román le encontró el secreto, con la muleta baja y la extensión de su brazo derecho. Y también del izquierdo. Los consecutivos pinchazos espantaron algún trofeo.

Pronto en sus embestidas resultó ser el tercero, que dio escasa pelea en el caballo y Jesús Enrique Colombo aprovechó la condición del animal de meter la cara e ir largo para cuajar dos series que trajeron las mayores aclamaciones hasta ese momento de la tarde.

'Duende' fue un tren al compás de los cites de su lidiador. Igual, por el pitón izquierdo. La petición de indulto se abrió paso, contra las evidencias de buscar refugio en los adentros al final de la faena. Dos orejas simbólicas.

Sin soltar mucho, más bien amarrete en su despliegue, pareció ser el cuarto en sus inicios. Manuel Escribano supo esperar. De esa paciencia sobrevinieron algunos momentos de lucimiento, mas no los suficientes para mantener viva la alegría. Estocada a ley, saludó desde el tercio.

El quinto fue todo codicia. A lo largo de las suertes, trazó surcos en la arena y dejó huella en cada acometida.

Román se lo trajo de largo, porque eso pedía el animal y en esa misma medida respondía. Uno de los mejores ejemplares de la feria, si no el mejor. Por eso se fue en el arrastre en olor de multitudes. Oreja y petición de otra para Román.

Un toro serio, digno de plaza primera categoría como lo es esta, despidió la Feria. Hubo instantes de entrega de cada una de las partes, sin alcanzar las cimas del resto del festejo. Espadazo, oreja.

Seis toros de Campo Real bien presentados y encastados en general. Indultado el tercero, de nombre 'Duende', número 10 de la ganadería. 456, 442, 440, 464, 472 y 500 kilogramos.

Manuel Escribano, verde botella y oro: dos orejas y saludos.

Román, celeste y negro: silencio tras aviso y oreja con fuerte petición de otra.

Jesús Enrique Colombo, negro y oro: dos orejas simbólicas y oreja.

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