Helsinki, 31 dic (EFE).- La Policía finlandesa anunció este martes que ha impuesto una prohibición de viajar al extranjero a siete miembros de la tripulación del petrolero Eagle S, a los que considera sospechosos de un presunto sabotaje de los cinco cables submarinos que resultaron dañados la semana pasada en el mar Báltico.
"La prohibición de viajar es una medida coercitiva menos severa de limitación de libertad personal que el arresto, y se impone para garantizar que la investigación criminal no se vea comprometida y que los implicados puedan ser localizados durante la investigación", explicó en un comunicado Elina Katajamäki, inspectora de la Oficina Nacional de Investigación de Finlandia (KRP).
Según Katajamäki, a medida que avanzan las pesquisas en torno al incidente, la KRP sigue recabando nueva información, por lo que es posible que cambie el número de tripulantes sujetos a esta prohibición.
La Policía finlandesa informó además de que este martes pudo reanudar sus investigaciones subacuáticas en el lugar donde fueron dañados los cables, tras suspenderlas debido a malas condiciones meteorológicas.
En la primera inspección submarina los investigadores hallaron una marca de arrastre de un ancla de "decenas de kilómetros" de longitud en el lecho marino próximo a los cables submarinos que respaldaría la hipótesis del sabotaje como causa de la avería.
Asimismo, continuaron con los interrogatorios de la veintena de tripulantes del petrolero, que fue confiscado por las autoridades finlandesas tras el incidente y permanece fondeado junto al puerto de Porvoo (sur del país), escoltado por una patrullera de la Guardia Costera.
Además de estar confiscado, el Servicio de Aduanas ha retenido las 35.000 toneladas de combustible que transportaba el buque, ya que sospecha que pertenece a la llamada "flota rusa en la sombra", empleada por Moscú para sortear las restricciones impuestas por las potencias occidentales a sus exportaciones de petróleo.
El petrolero Eagle S, registrado en las Islas Cook y propiedad de una naviera de Dubái, es sospechoso de haber dañado con su ancla el cable eléctrico submarino Estlink 2 entre Finlandia y Estonia y cuatro cables de telecomunicaciones cercanos.
Las autoridades finlandesas creen que el navío, de no haber sido detenido por la Guardia Costera, hubiera podido dañar también el otro cable eléctrico que une ambos países, el Estlink 1, y el gasoducto Balticconnector.
Se trata del tercer caso de posible sabotaje a infraestructuras finlandesas desde que el país nórdico ingreso en la OTAN, lo que hace sospechar que pueda tratarse de ataques híbridos instigados por Rusia como represalia. EFE