Altos precios del gas auguran duro comienzo de 2025 en Europa

Los precios del gas en Europa han subido un 45% este año, lo que agrava la carga que soportan los hogares y la industria en sus esfuerzos por recuperarse de la peor crisis del costo de la vida en décadas. Y lo más probable es que siga subiendo, ya que los flujos de gas ruso cesarán el 1 de enero.

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(Bloomberg) -- Los precios del gas en Europa han subido un 45% este año, lo que agrava la carga que soportan los hogares y la industria en sus esfuerzos por recuperarse de la peor crisis del costo de la vida en décadas. Y lo más probable es que siga subiendo, ya que los flujos de gas ruso cesarán el 1 de enero.

Los contratos de futuros para el año que viene ya llevan una prima, señal inequívoca de que los precios se mantendrán altos durante más tiempo, lo que en última instancia se traducirá en facturas más elevadas para los consumidores. Algunos operadores calculan que el impacto de la interrupción de los flujos sería hasta €10 por megavatio-hora más alto que si los flujos continuaran.

El momento en que finaliza el contrato de tránsito entre Ucrania y Rusia parece arriesgado. Las reservas de gas de la región, un amortiguador para tiempos más difíciles, se están agotando a un ritmo más rápido de lo normal debido a los periodos de frío y ausencia de viento, lo que puede dificultar a los operadores la obtención de suministros para el próximo invierno. El clima se volverá más frío, lo que podría aumentar la demanda de gas para calefacción.

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“Los altos precios han afectado inevitablemente a la competitividad industrial y a los resultados económicos”, señalaron los analistas de MET Group en una nota publicada el lunes. De cara al futuro, “los retrasos en las ampliaciones de capacidad o una demanda de Asia mayor de lo previsto –impulsada por la recuperación económica o el frío– podrían tensar el mercado”.

Los 15.000 millones de metros cúbicos de gas que Rusia envía actualmente a través de Ucrania cada año representan menos del 5% de las necesidades globales de Europa. Sin embargo, aunque ya se ha señalado claramente, la pérdida de una de las últimas rutas que quedan para el gas ruso por gasoducto ejercería más presión en un mercado del gas, ya de por sí tenso, e impulsaría al alza los precios mundiales, según señalan los analistas de Energy Aspects Ltd. en una nota de este mes.

Su hipótesis de base es que los futuros de referencia en el punto de negociación virtual Title Transfer Facility de los Países Bajos se mantengan elevados. Eso refleja una “falta de flexibilidad en el equilibrio mundial”, debido a factores como la dificultad para rellenar los lugares de almacenamiento a finales de octubre del próximo año.

Casi tres años después de que la guerra de Ucrania trastornara el mercado energético de la región, disparando los precios, los equilibrios siguen siendo muy ajustados. Europa ha trabajado para diversificar sus fuentes de suministro, comprando más cargamentos marítimos, aumentando su dependencia de Noruega y potenciando las energías renovables. Aun así, los precios han seguido siendo extremadamente sensibles a cualquier riesgo de producción percibido, sobre todo en un momento en que Asia ha aumentado las compras de GNL a medida que las olas de calor extremo se hacen más frecuentes, y China, principal importador, ha añadido capacidad de almacenamiento, intensificando la competencia por el combustible.

El fin de semana, el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, cuyo país depende en gran medida de Rusia para obtener gas natural, calculó que los hogares y las empresas europeas podrían tener que hacer frente a un aumento de entre €40.000 millones y €50.000 millones (entre US$42.000 y US$52.000 millones) anuales en los precios del gas y a otro aumento de entre €60.000 millones y €70.000 millones anuales en los costos de la electricidad. En el Reino Unido, se prevé que el precio máximo de la energía, que representa la factura anual de un hogar típico y refleja en gran medida los precios mayoristas de la electricidad y el gas, aumente por tercera vez consecutiva en abril, lo que supone un problema para el Banco de Inglaterra en su intento de mantener controlada la inflación.

La economía europea ha tardado en recuperarse de la crisis en medio de la incertidumbre sobre los costos de la energía, y unos precios más estables permitirían a empresas y hogares trazar sus planes de gasto. La situación es difícil en Alemania, donde muchas fábricas han tenido que detener o reducir la producción debido a los altos costos de la energía. La aceleración de las retiradas de depósitos está enviando una señal premonitoria de que las tensiones en la mayor economía de Europa podrían persistir por tercer año consecutivo.

La semana pasada, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, declaró en una entrevista que el banco central está cerca de alcanzar su objetivo de inflación del 2%, pero mantiene la cautela sobre la inflación de los servicios. Estas declaraciones se producen al final de un año en el que Lagarde y sus colegas empezaron a relajar su endurecimiento monetario sin precedentes.

“El gas en Europa es ahora un poco más caro, lo que crea cierta presión sobre los costos en Europa, pero nada que ver con lo que vimos durante la crisis energética”, dijo Jamie Rush, economista jefe para Europa de Bloomberg Economics. “Seguimos esperando que la inflación se sitúe por debajo del objetivo del 2% del BCE en 2025”.

Traducción editada por Paulina Steffens.

Nota Original: High Gas Prices Spell Tough Start to 2025 for European Consumers

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