Río de Janeiro, 28 dic (EFE).- Los fieles de las religiones afrobrasileñas repitieron este sábado en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, un tradicional homenaje a Iemanjá, adorada como la diosa del mar en los ritos de la umbanda y el candomblé.
La ceremonia, encabezada por una gran imagen de Iemanjá, comenzó en el mercado popular del barrio de Madureira y acabó en Copacabana, frente al mar, donde una multitud esperaba en la playa la llegada de la deidad.
Fue entonces cuando los fieles, a los que se sumaron cientos de turistas, lanzaron al mar un sinfín de ofrendas en forma de flores, comida, bebida y perfumes, todo dentro de pequeños barcos y en medio de un intenso retumbar de tambores.
La umbanda y el candomblé, en sus diversas vertientes, fusionan elementos del catolicismo con religiones africanas, tradiciones indígenas americanas y hasta ritos de magia blanca, en una de las más representativas expresiones del sincretismo afrobrasileño.
Se rigen por el culto a los dioses conocidos como Orixas, que son agrupados en elementos de la naturaleza, como el fuego, la tierra, el aire y el agua, la cual tiene como divinidad suprema a Iemanjá, soberana de los mares y protectora de los navegantes.
Los homenajes a Iemanjá se repetirán la noche del 31 de diciembre en la misma playa de Copacabana, que como cada fin de año celebrará la llegada de 2025 con fuegos artificiales, música y una gran fiesta que congregará a unos 2,5 millones de personas, según los cálculos la Alcaldía de Río de Janeiro.
En su mayoría, como es tradicional, le ofrecerán a la diosa del mar siete flores y otros objetos en señal de devoción.
Los fieles de Iemanjá aseguran que sus deseos serán atendidos si la persona que los formula viste de blanco y arroja sus ofrendas al mar con el agua hasta las rodillas, después de ser bañada por siete olas.
Pero no basta con eso, pues los deseos se harán realidad solo si la diosa acepta las flores. Si el mar las devuelve a la arena, será señal de que Iemanjá ha rechazado la ofrenda. EFE
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