El Ejército de Israel ha lanzado este viernes nuevos bombardeos contra lo que describe como "infraestructura" en el paso de Janta, en la frontera entre Siria y Líbano, presuntamente usada por el partido-milicia chií Hezbolá para la entrega de armas desde territorio sirio, sin que por ahora haya informaciones sobre víctimas.
"Hezbolá usa infraestructura civil para llevar a cabo actos terroristas y transferir armas destinadas a perpetrar planes terroristas contra ciudadanos en el Estado de Israel", ha argumentado en un comunicado, en el que ha reiterado que estos esfuerzos son encabezados por la Unidad 4400 del grupo libanés.
Así, ha afirmado que esta unidad "es responsable del contrabando de armas a Líbano desde Irán y sus subsidiarias y trabaja para aumentar el arsenal de armas de la organización terrorista. "Desde su fundación, la Unidad 4400 ha levantado numerosos puestos estratégicos en la frontera entre Siria y Líbano", ha señalado.
El Ejército ha recalcado que, en el marco de sus ataques contra Líbano, ha llevado a cabo "ataques extensos" y "asesinatos" contra miembros de esta unidad y sus rutas de suministro, incluida la muerte de su comandante, Muhamad Yafar Katzir en un ataque aéreo contra la capital libanesa, Beirut.
Por último, ha especificado que los bombardeos de este viernes "son parte de los esfuerzos para socavar la transferencia de armas desde territorio sirio a Líbano y dificultar a Hezbolá la restauración de sus rutas de suministro de armas", antes de insistir en que "seguirá actuando para eliminar cualquier amenaza para Israel, en línea con los entendimientos del alto el fuego".
Según las informaciones recogidas por la agencia estatal libanesa de noticias, NNA, varios puntos situados en la cordillera del Antilíbano han sido objetivo de los ataques, mientras que 'L'Orient-Le Jour' ha especificado que la zona atacada se encuentra en Qusaya, sin que Hezbolá se haya pronunciado al respecto.
Las autoridades libanesas y Hezbolá han denunciado en varias ocasiones que Israel está cometiendo violaciones del alto el fuego, mientras que el Ejército israelí ha afirmado que está aplicando el pacto y respondiendo a acciones del partido-milicia chií, respaldado por Irán. El conflicto dejó más de 4.000 muertos en Líbano, según el último balance de las autoridades.
En este contexto, la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL) reclamó el jueves el fin de "cualquier acción que ponga en riesgo el frágil cese de hostilidades" y denunció la "continuada destrucción" causada en el sur del país por el Ejército de Israel pese a la entrada en vigor de un alto el fuego el 27 de noviembre.