París, 23 dic (EFE).- La nominación del nuevo Gobierno francés encara este lunes una jornada decisiva, pese a tratarse de un día de duelo nacional por el ciclón que arrasó la isla de Mayotte, aunque el Elíseo indicó que no habrá anuncios antes de las 18.00 horas (17.00 GMT).
El primer ministro, François Bayrou, se comprometió a nombrar un nuevo Ejecutivo antes de navidad, pero las horas pasan y no parece tener lista la nómina de componentes de su nuevo gabinete.
Tras haber multiplicado los contactos con el presidente, Emmanuel Macron, este domingo, se habían disparado los rumores sobre un anuncio a lo largo del día, antes de que el Elíseo lo descartara y pusiera una nueva fecha, la mañana del lunes.
Pero a primera hora la Presidencia retrasó la hora y aseguró que no lo haría antes de las 18 horas, sin confirmar si lo haría a lo largo de la jornada.
De no hacerlo, Bayrou tendría todavía este martes, día de nochebuena, para anunciar su Gobierno y cumplir su compromiso de hacerlo antes de navidad, aunque proceder a un traspaso de poderes en una jornada tan simbólica parece poco probable.
Las críticas han comenzado a aparecer sobre la posibilidad de que el nuevo Ejecutivo sea anunciado en un día de duelo nacional, considerado una falta de respeto para los habitantes de Mayotte, la isla francesa del Índico arrasada hace una semana por el ciclón Chido.
Los retrasos dejan aparecer las dificultades que Bayrou está encontrando para nombrar un nuevo gabinete.
El veterano político centrista, elegido para dirigir el Gobierno en sustitución del conservador Michel Barnier, tumbado por una moción de censura votada por la izquierda y la extrema derecha el pasado día 3, no ha conseguido su objetivo de ampliar su base parlamentaria.
Desde sus primeros pasos, Bayrou trató de atraer a los socialistas para no depender de la ultraderecha, pero las concesiones fueron consideradas insuficientes por este partido, el más moderado de la alianza de izquierdas mayoritaria en la cámara baja.
Ante ese rechazo, el primer ministro se dirige a un Gobierno continuista, con varias figuras que estaban ya en el gabinete de Barnier, a los que pretende sumar algunos "pesos pesados" del centro 'macronista' y de la derecha moderada, la única que ha respondido favorablemente a su llamamiento.
En el primer caso, el primer ministro podría incorporar a la ex primera ministra Élisabeth Borne, cuyo nombre suena como próxima ministra de Educación, o del ex titular de Interior Gérarld Darmanin, que podría ser el futuro jefe de la diplomacia.
La derecha tiene casi garantizado el puesto de Interior en la figura de su actual titular, Bruno Retailleau, representante del ala más conservadora del partido, cercano a la ultraderecha.
También podría sumarse el presidente de la región Norte, Xavier Bertrand, como ministro de Justicia, aunque su nombre no gusta a la extrema derecha, lo que debilitaría de entrada al Ejecutivo, expuesto a una nueva moción de censura.
Más allá del compromiso de nombrar un Gobierno antes de navidad, el tiempo corre para Bayrou, que debe pronunciar su discurso de política general el próximo 14 de enero.
Ese día tiene la posibilidad de someterse a una moción de confianza, aunque es poco probable que lo haga, ante la debilidad de sus apoyos.
En caso de no hacerlo, la izquierdista La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, ya ha anunciado que presentará de forma inmediata una moción de censura.
La extrema derecha de Marine Le Pen ha asegurado que su decisión de votar a favor o no la moción de censura dependerá de la línea política que adopte Bayrou en su discurso de política general, lo que sitúa de nuevo al Gobierno francés en sus manos, como ya sucedió con el de Barnier. EFE