El Gobierno de Irán ha expresado este lunes su apoyo a la "soberanía" de Siria tras la caída del régimen de Bashar al Assad y ha recalcado que es necesario que el país no se convierta en un "refugio seguro" para grupos terroristas, al tiempo que ha negado que haya mantenido hasta ahora contactos con las nuevas autoridades.
"Nuestra posición de principios es clara. Hay un consenso sobre la preservación de la soberanía e integridad de Siria y sobre que el futuro de Siria sea decidido por los propios sirios", ha dicho el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei.
Así, ha recalcado que "es importante que las partes sirias cumplan con esto en la práctica", antes de incidir en que "es importante que Siria no se convierta en un refugio seguro para el desarrollo del terrorismo", según ha recogido la agencia iraní de noticias Tasnim.
En este sentido, ha hecho hincapié en que las relaciones entre Siria e Irán "tienen una larga historia" y ha añadido que Teherán "siempre ha sido benevolente" respecto al país y "ha intentado ayudar al país a vencer al terrorismo". "En el futuro, adoptaremos decisiones a partir del comportamiento de las autoridades", ha explicado.
Baqaei ha subrayado que es necesario que "Siria no es convierta en una zona de anarquía que pueda ser explotada por grupos extremistas". "Esperamos que el proceso de lo que llaman transición en Siria sea llevado a cabo de una forma que no lleve a más inseguridad o a la expansión de la misma a la región" de Oriente Próximo, ha remachado.
Las palabras de Baqaei llegan unos días después de que el líder del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), Ahmed Husein al Shara, conocido como Abú Mohamed al Golani, afirmara que la caída de Al Assad "hace retroceder 40 años el proyecto de Irán en la región", antes de afirmar que el territorio sirio "no será usado para atacar a desestabilizar a países árabes o del Golfo".
Las nuevas autoridades en Siria han expresado su deseo de establecer buenas relaciones con la comunidad internacional y han asegurado que protegerán los derechos de toda la población, incluidas las mujeres y las minorías, en medio de los temores de parte de la comunidad internacional debido a la ideología fundamentalista mantenida hasta ahora por sus integrantes.
La ofensiva en Siria, lanzada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib permitió a yihadistas y rebeldes tomar la capital, Damasco, y poner fin al régimen de la familia Al Assad, en el poder desde 1971 --primero con Hafez al Assad (1971-2000) y posteriormente con su hijo, Bashar--, ante un repliegue constante de las tropas gubernamentales, respaldadas por Rusia e Irán.