Tokio, 23 dic (EFE).- El emperador emérito Akihito de Japón cumplió este lunes 91 años tras otro año tranquilo, después de que abdicara hace cinco, y que pasa junto a su esposa Michiko, de la que cuida mientras se recupera tras una fractura de fémur.
Según la Agencia de la Casa Imperial, el exemperador pasó este año preocupado por los grandes daños causados por el terremoto de principios de 2024 en la península de Noto, que fue seguido por lluvias sin precedentes en la misma región central de Japón.
En mayo, él y su esposa visitaron Nikko, en la prefectura de Tochigi (al norte de Tokio), donde se refugió cuando era niño durante el último año de la Segunda Guerra Mundial, y compartieron juntos recuerdos de estancias anteriores allí.
El 6 de octubre Michiko sufrió una caída en su residencia del complejo imperial de Akasaka en Tokio y se fracturó la parte superior del fémur, por lo que fue operada con éxito ese mismo mes.
Conocido por su carácter pacifista, el emperador emérito japonés sigue guardando sendos momentos de silencio en las conmemoraciones de cuatro fechas clave para Japón vinculadas a la Segunda Guerra Mundial: el aniversario de la batalla de Okinawa, los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki, y la rendición de Japón.
El ex jefe de Estado nipón también continúa mostrando su respecto en los aniversarios de los terremotos de Kobe y Tohoku.
La condición física de Akihito se ha mantenido relativamente estable desde que recibió tratamiento por una insuficiencia cardíaca en julio de 2022, y ha continuado con sus investigaciones sobre peces gobio, en cuya taxonomía es un especialista.
Akihito abdicó en favor de su primogénito, Naruhito, el 30 de abril de 2019 por preocupación sobre su salud, convirtiéndose en el primer emperador japonés en ceder el trono en unos 200 años. EFE