Oriente Próximo sufre un año convulso por la propagación del conflicto en Gaza y la caída de Al Assad

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El conflicto desatado tras los ataques ejecutados el 7 de octubre de 2023 por Hamás y otras facciones palestinas contra Israel y la posterior ofensiva militar israelí contra la Franja de Gaza ha sufrido este año un recrudecimiento que se ha saldado con diversos varapalos para Irán y la expansión de la influencia de Israel y Turquía.

Los ataques del 7 de octubre dejaron unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados y llevaron a Israel a lanzar una ofensiva contra Gaza --que sigue activa, con más de 41.200 muertos hasta la fecha--, al tiempo que desataron un conflicto que se ha ido extendiendo en su alcance, a pesar de los llamamientos internacionales para contener las hostilidades.

Así, acarrearon el estallido de hostilidades entre Israel y el partido-milicia chií libanés Hezbolá, mientras que los rebeldes hutíes y milicias proiraníes de Irak y Siria se sumaron a los ataques contra territorio israelí para intentar forzar al país a detener la ofensiva contra Gaza, sumida en una enorme crisis humanitaria.

Gaza ha continuado siendo durante 2024 el principal foco del conflicto ante la ausencia de un alto el fuego, en medio de las alertas internacionales sobre la catastrófica situación y las denuncias vertidas por ONG como Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW) por actos genocidas cometidos por Israel contra la población.

Israel, que ha rechazado estas acusaciones, ha dado además diversos golpes a la cúpula de Hamás, incluidos los asesinatos del líder del brazo político del grupo, Ismail Haniye, y su sucesor y principal dirigente en Gaza, Yahya Sinwar. Haniye murió en un atentado perpetrado a finales de julio en la capital de Irán, Teherán, mientras que Sinwar lo hizo en octubre en el marco de la ofensiva israelí contra Gaza.

EL FRENTE DIPLOMÁTICO

En el plano diplomático, el año ha visto cómo cerca de una decena de países han reconocido al Estado de Palestina --entre ellos, España--, provocando duras críticas de Israel, que argumenta que es un "premio" a Hamás tras sus ataques del 7 de octubre, lo que ha elevado las tensiones con estos países, especialmente con Irlanda.

Además, durante los últimos meses varios tribunales internacionales se han pronunciado sobre las acciones de Israel contra los palestinos, incluido el caso abierto en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que llevó a la corte a reclamar a Israel que tomara "todas las medidas posibles" para evitar un genocidio en Gaza.

La propia CIJ falló en julio que la política de asentamientos en los Territorios Palestinos Ocupados es contraria al Derecho Internacional, mientras que el Tribunal Penal Internacional (TPI) emitió en noviembre órdenes de arresto contra Netanyahu y su antiguo ministro de Defensa, Yoav Gallant, por presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad en la Franja.

LA INVASIÓN DE LÍBANO

El repunte de las hostilidades entre Israel y Hezbolá derivó además en una nueva invasión de Líbano a principios de octubre, un conflicto que dejó más de 4.000 muertos en territorio libanés hasta el anuncio el 27 de noviembre de un acuerdo de alto el fuego que, si bien con violaciones, se mantiene en pie.

La invasión de Líbano llegó unas dos semanas después de la explosión coordinada de miles de 'buscas' y otros dispositivos de comunicación usados por Hezbolá, que dejaron cientos de muertos y heridos, muchos de ellos civiles, y días después de la muerte del secretario-general del grupo, Hasán Nasralá, en un bombardeo israelí contra la capital, Beirut.

Israel logró durante sus operaciones descabezar a Hezbolá, matando entre otros al principal favorito a suceder a Nasralá --quien lideró el grupo desde 1992--, Hashem Safiedín, y a sus principales mandos militares, si bien el 'número dos' del grupo, Naim Qasem, fue ascendido y aseguró haber consolidado la estructura del grupo en plena invasión.

Además, Israel ha ejecutado bombardeos contra Yemen en respuesta a los ataques con misiles y drones por parte de los hutíes, sumándose a los ataques que iniciaron en enero Estados Unidos y Reino Unido en respuesta a los ataques contra Israel y contra buques en el mar Rojo y el golfo de Omán, en lo que ambos países presentaron como acciones destinadas a garantizar la libertad de navegación.

AUMENTO DE LAS HOSTILIDADES CON IRÁN

La falta de una solución diplomática a estas tensiones derivó además en enfrentamientos directos entre Israel e Irán, principal apoyo de grupos como Hamás y Hezbolá, pero también de los hutíes y de diversas milicias en Irak y Siria.

Así, Israel incrementó sus bombardeos contra Siria alegando que actuaba contra la expansión de redes iraníes y la entrega de armas a Hezbolá, matando a altos cargos militares de Irán y destruyendo el Consulado iraní en Damasco en un ataque perpetrado el 1 de abril que dejó cerca de 15 muertos, incluidos siete integrantes de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria.

Irán respondió días después con un ataque con cientos de misiles y drones contra territorio israelí, una operación que llamó 'Promesa Verdadera' y que fue el primer ataque con misiles contra Israel por parte de otro Estado desde la Guerra del Golfo en 1991, cuando Irak lanzó decenas de misiles Scud contra el país.

El intercambio de ataques no fue el último, ya que Irán lanzó en octubre otra oleada de misiles, en este caso en respuesta a los asesinatos de Haniye y Nasralá, causando daños materiales en bases aéreas israelíes, lo que llevó a Israel a ejecutar bombardeos contra territorio iraní, tras sopesar durante semanas una respuesta contra Teherán.

Irán se vio además sacudido en mayo por la muerte de su presidente, el ultraconservador Ebrahim Raisi, en un accidente de helicóptero en el que también falleció el ministro de Exteriores, Hosein Amirabdolahian, lo que derivó en unas elecciones anticipadas en las que se hizo con la victoria el reformista Masud Pezeshkian.

Pezeshkian ha abogado por relanzar las conversaciones sobre el programa nuclear iraní, si bien las tensiones han aumentado por las críticas internacionales y la retirada de compromisos por parte de Teherán tras la retirada de Estados Unidos en 2018 del histórico acuerdo de 2015, incluidas declaraciones de varios altos cargos sobre la posibilidad de desarrollar armamento nuclear ante un posible conflicto con Israel.

CAÍDA DE AL ASSAD

Por otra parte, Siria se ha convertido en uno de los principales focos en Oriente Próximo después de que una ofensiva de yihadistas y rebeldes encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS) --lanzada horas después de la entrada en vigor del alto el fuego en Líbano-- derrocara al régimen de Bashar al Assad, tras varios años de estancamiento en los frentes en la guerra desatada en 2011.

Estos grupos, que aprovecharon la debilidad de las fuerzas gubernamentales y la situación que atravesaban los principales aliados de Damasco --Rusia, Irán y Hezbolá--, han instaurado unas autoridades de transición, mientras que el líder de HTS, Ahmed Husein al Shara, conocido como Abú Mohamed al Golani, continúa su lavado de imagen ante la comunidad internacional.

Así, ha prometido que un proceso de transición inclusiva y respeto a los minorías, si bien apenas horas después de la caída de Damasco, rebeldes apoyados por Turquía lanzaron nuevos ataques contra las zonas bajo control kurdo, con las autoridades autónomas pidiendo un proceso de diálogo para estabilizar la situación, tras celebrar la caída de Al Assad, evacuado a Rusia el 8 de diciembre.

La huida del presidente, en el poder desde el año 2000, cuando sucedió a su padre --quien lideró el país desde 1971--, ha permitido a Turquía expandir su poder en la región, mientras que Israel ha aprovechado la situación para lanzar cientos de bombardeos para destruir las capacidades militares sirias y ha ocupado la "zona de desamortiguación" en los Altos del Golán, avanzando en territorio sirio alegando motivos de seguridad.

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