Guayaquil (Ecuador), 20 dic (EFE).- La defensa del exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas, Andrés Villegas, pidió este viernes que el político sea trasladado a un hospital psiquiátrico por padecer un trastorno mental que lo haría inimputable.
Lo hizo en el marco de la audiencia preparatoria de juicio por el caso 'Reconstrucción de Manabí', en el que la Fiscalía acusa a Glas, exvicepresidente de Rafael Correa (2007-2017), y a otros funcionarios públicos de haber desviado fondos a proyectos ajenos a la emergencia declarada tras el devastador terremoto de 2016.
El Ministerio Público afirma que el dinero que el Gobierno recaudó para hacer frente a la emergencia se destinó a 11 proyectos no prioritarios, lo que habría beneficiado a intereses particulares en la asignación y firma de contratos. Por lo que Glas y otros ocho exservidores públicos, entre los que están exministros, habrían cometido el delito de peculado (malversación de fondos públicos).
El exvicepresidente correísta permanece en la prisión La Roca de Guayaquil, la cárcel de máxima seguridad de Ecuador, tras ser detenido por la Policía en la Embajada de México en Quito el pasado 5 de abril, cuando el Gobierno mexicano ya le había dado asilo diplomático, lo que provocó la ruptura de relaciones entre ambos países.
Durante la diligencia de este viernes, Villegas solicitó al juez de la Corte Nacional de Justicia la nulidad del proceso asegurando que su defendido fue detenido de manera ilegal en la sede diplomática y sin la autorización correspondiente.
Esa detención, dijo, ha generado graves secuelas psicológicas en el exvicepresidente, quien según informes del Ministerio de Salud Pública, presenta riesgo de autolesionarse, por lo que era necesario su internamiento en el hospital psiquiátrico.
En abril pasado, Glas ya tuvo que salir de emergencia de la cárcel hacia un hospital tras sufrir una descompensación debido a una supuesta sobredosis de medicamentos.
Glas fue uno de los hombres fuertes del Gobierno de Correa y ocupó el cargo de vicepresidente entre 2013 y 2017, así como también durante los primeros meses del mandato presidencial de Lenín Moreno (2017-2021), hasta que comenzaron las investigaciones en su contra, imputaciones y acusaciones que siempre ha rechazado al declarase un perseguido político.
En el momento de su detención en la Embajada de México en Quito, Glas tenía pendiente terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel por dos condenas por corrupción dictadas en 2017 y 2020, por las que ya había purgado alrededor de cinco años cuando salió en libertad a finales de 2022 por orden de un juez que luego fue condenado a dos años de prisión por prevaricación a causa de esa decisión.
La orden judicial de detención contra Glas fue emitida en el marco de este tercer proceso, cuya audiencia se volvió a suspender tras los alegatos de la Fiscalía y de las defensas de los procesados, pues el conjuez Marco Aguirre aseguró que necesitaba revisar el expediente antes de tomar una decisión. EFE