Jerusalén, 21 dic (EFE).- El canciller de Israel, Gedeon Saar, expresó este sábado su satisfacción por la decisión de Suecia de suspender el financiamiento a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés).
"Acogemos con beneplácito la decisión del Gobierno de Suecia de dejar de financiar a la UNRWA y de reorientar su ayuda humanitaria a Gaza a través de organizaciones que no están infiltradas por terroristas", escribió Saar a través de las redes sociales.
El ministro de Exteriores de Israel destacó que esta decisión se suma a la de Estados Unidos, que recortó los fondos destinados a esta agencia de la Organización de las Nacional Unidas (ONU), así como Italia y Holanda, que también anunciaron medidas relacionadas con la limitación los recursos.
"Es hora de que todos los países sigan su ejemplo y dejen de financiar a la UNRWA", expresó.
El ministro de Cooperación Internacional y Comercio Exterior sueco, Benjamín Dousa, explicó el viernes al canal TV4 de su país que la suspensión del apoyo a UNRWA se decidió porque la prohibición de Israel sobre las operaciones de esa agencia - a partir de finales de enero - dificultará la recepción de ayuda.
Dousa visitó Israel y Palestina hace tres días y, durante su recorrido, instó a Israel a detener la expansión de los asentamientos ilegales en Cisjordania, a frenar la violencia de los colonos de ese país contra los palestinos y a permitir el ingreso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
Por su parte, el jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, calificó la decisión como decepcionante y aseguró que llega cuando los refugiados palestinos enfrentan el peor momento.
El pasado 28 de octubre la Knéset (Parlamento israelí) aprobó una ley que prohíbe a la UNRWA, que presta servicios sociales a millones de palestinos refugiados y sus descendientes, operar en territorio israelí, incluido en el anexionado de forma unilateral Jerusalén Este, algo que fue repudiado por la mayoría de los países miembros de la ONU, entre ellos Suecia.
Israel ha acusado a UNRWA de emplear a 2.100 miembros de Hamás, y en enero dijo que doce de ellos habían participado activamente en los letales ataques del 7 de octubre, a lo que la agencia respondió de inmediato abriendo una investigación interna y despidiendo a esos trabajadores.
La agencia, que cuenta con más de 30.000 empleados, aseguró meses después que Israel no había presentado pruebas concluyentes sobre la implicación de estos trabajadores en los atentados, mientras que una investigación independiente, a cargo de la exministra francesa de Exteriores Catherine Colonna, avaló en marzo la neutralidad de la actividad humanitaria de la agencia, aunque detectó "áreas críticas".
En cuanto Israel vertió tales acusaciones en enero, 18 países anunciaron que retiraban sus fondos, incluidos sus principales donantes -EE.UU., Alemania, Japón o Francia-, lo que supuso un recorte del presupuesto de 450 millones de dólares en plena respuesta de emergencia en la Franja de Gaza. EFE