Quito, 21 dic (EFE).- El alcalde de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, Aquiles Alvarez, clamó este sábado por "acciones inmediatas" para localizar a cuatro menores que desaparecieron el pasado 8 de diciembre en esa ciudad costera, un hecho que los familiares han denunciado como un secuestro por parte de supuestos militares.
Los menores, de entre de 11 y 15 años, habrían sido secuestrados por hombres vestidos con uniformes militares tras salir por la noche de su casa para jugar fútbol, en el barrio de Las Malvinas, ubicado en el sur de la ciudad, según aseguraron sus familiares a medios locales.
"Es inaceptable que, además de enfrentar el dolor de la desaparición, las familias de estos niños tengan que lidiar con obstáculos, engaños y extorsiones ¿Cómo es posible que el sistema sea tan indiferente ante su sufrimiento?", escribió Alvarez en su cuenta de la red social X.
Añadió que "el silencio oficial y la falta de avances aumentan la incertidumbre y el dolor. Es indolente".
"Esto no puede quedar en el olvido, ni en la burocracia de investigaciones lentas. Esto es una tragedia que nos golpea a todos. Justicia para estos niños, claridad para sus familias y acciones inmediatas para detener esta ola de violencia que nos está robando la paz", apuntó.
El burgomaestre subrayó que "un niño desaparecido no puede ser solo una estadística más".
Mientras la Alcaldía anuncia soporte y acompañamiento a los padres de los menores, la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (Cedhu) exigió al Gobierno respuestas sobre la desaparición.
El padre de dos de los menores desaparecidos denunció ante los medios que, tras enterarse del hecho, pudo comunicarse con uno de sus hijos y que un hombre que los tenía les dijo que se los habían llevado hacia Taura, una zona a unos 30 kilómetros de Guayaquil en donde se ubica una de las principales bases de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).
Agregó que el adolescente le dijo que los militares los golpearon para después dejarlos tirados y desnudos en la zona mencionada. Alertados por la situación, decidieron contactar con la Policía, pero cuando los agentes llegaron al lugar no encontraron a los menores.
Poco después, volvieron a recibir la llamada del número desconocido, pero esta vez el hombre detrás del teléfono les pidió explicaciones sobre la llegada de la Policía y les dijo que "la mafia", como se autodenominan algunos grupos criminales en Ecuador, se los habría llevado con rumbo desconocido.
Son varios los casos reportados donde las bandas criminales utilizan uniformes de las fuerzas de seguridad o similares a estos para cometer sus acciones como asaltos y secuestros.
El padre aseguró que existen vídeos de cámaras de seguridad en los que se puede ver cómo los sujetos se llevan a los ahora desaparecidos y también cuando van por un puente que une a las ciudades de Guayaquil y Durán, pero desde ese momento, ocurrido hace doce días, no tienen noticias del paradero de sus hijos.
La Fiscalía, que ya investiga el hecho, llamó a varios militares para que rindan sus versiones sobre el supuesto operativo con el que se llevaron a los niños, según señaló el canal Ecuavisa.
Tras varios días de silencio, las Fuerzas Armadas señalaron el jueves en un comunicado que mostraban "su sensibilidad" por la desaparición de los menores y que sus unidades especiales ya se habían unido a la búsqueda que está realizando la Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) y otras unidades especializadas en desaparecidos y de niños, niñas y adolescentes de la Policía de Ecuador.
Además, indicaron que brindarían "todas las facilidades necesarias" a la Fiscalía para "esclarecer lo más pronto posible este caso" y que estaban tomando "las medidas necesarias" que "este tipo de eventos ameritan", sin dar detalles adicionales.
El caso de esta desaparición se da en el marco del "conflicto armado interno" declarado desde inicios de año en Ecuador contra el crimen organizado, principal causante de la ola de violencia que hizo que en 2023 fuese el país con más homicidios per cápita, con una tasa de 47,2 por cada 100.000, ocho veces superior a la de 2016. EFE