Rabat/Argel/El Cairo, 20 dic (EFE).- La entrada de migrantes de forma irregular a Europa cayó un 40 % hasta diciembre de 2024 respecto a un año antes y el 60 % provenía del norte de África, donde los flujos de personas buscando cruzar aumentaron en algunos países debido, sobre todo, al conflicto en Sudán.
Según Frontex, en los once primeros meses del año cruzaron a Europa 220.700 migrantes, un 40 % menos, una bajada que se explica en parte por el descenso en un 60 % de las llegadas a Italia y Malta por la ruta del Mediterráneo Central (62.034) debido al férreo control de Libia y Túnez en sus costas, lo que provoca que en esos países se acumulen más personas esperando pasar.
La ruta del Mediterráneo Occidental (llegadas a España sin contar Canarias) se mantuvo estable (15.412 personas, un 2 % más) y protagonizada sobre todo por migrantes marroquíes y argelinos, una dinámica que se rompe en el caso de la ruta Atlántica entre el África Occidental y las Islas Canarias españolas, que este 2024 ya va por un 20 % de aumento, sobre todo de cayucos desde Mauritania.
Egipto recibió en 2024 a cientos de miles de ciudadanos sudaneses huyendo de la guerra, una nacionalidad que copa la mayor parte de los refugiados y solicitantes de asilo del país, con 574.516 personas de un total de 851.727, según los últimos datos de Acnur. Las autoridades egipcias elevan el número de sudaneses a 1,2 millones.
Ante estas cifras, la ciudadanía egipcia, influida por los discursos del Gobierno y por la acuciada crisis económica, ha comenzado a mostrar signos de rechazo y a culpar a las minorías inmigrantes, a las que señalan por el incremento en los precios del alquiler o del gasto público.
Este país lleva décadas siendo destino de personas que huyen de la guerra, con los sirios como segunda nacionalidad entre los refugiados o solicitantes de asilo (148.631).
Estos tres países de tránsito para migrantes subsaharianos acordaron en 2024 reforzar el control de sus fronteras terrestres compartidas y siguieron realizando expulsiones masivas, según varias oenegés como Amnistía Internacional.
Al menos 20.000 fueron expulsados a Níger desde Argelia y más de 460 desde Libia, registró Alarm Phone Sahara.
En Túnez, el presidente Kais Said comenzó una política antimigratoria y advirtió de que no será país de asentamiento, tras la firma de un memorando con la Unión Europea que ha contenido considerablemente las salidas hacia Italia, donde han descendido las llegadas un 59 % hasta el 9 de diciembre (63.417), según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Túnez, donde los sudaneses son la mayoría de refugiados o solicitantes de asilo, dejó así de ser el principal punto de partida, con 18.970 personas llegadas a Europa desde este país en comparación con las 39.926 que salieron desde Libia.
En Libia, la OIM identificó en julio el número más alto de migrantes desde que comenzó los registros en 2016: 760.000, de los que según las autoridades libias 200.000 son sudaneses, que acceden sobre todo por la zona de Al Kufra, donde se han llegado a registrar 300 y 400 entradas diarias.
En cuanto a Argelia, la ruta a Europa era considerada hasta 2023 como "invisible", pero este 2024 continuó una tendencia al alza (con más llegadas hasta octubre que en todo 2023 -8.554 frente a 7.742, según Frontex), especialmente para nacionales argelinos.
En Marruecos, el refuerzo de la seguridad ha prácticamente vaciado de migrantes subsaharianos las costas mediterráneas del norte del país, donde tradicionalmente se congregaban en ciudades o bosques para intentar cruzar a España por mar en patera o por tierra a través de los enclaves de Ceuta y Melilla.
Marruecos abortó hasta septiembre casi 49.000 intentos de emigrar a Europa de forma irregular (60.200 en el mismo periodo de 2023), según el Ministerio del Interior, unos datos que engloban también el territorio del Sáhara Occidental, donde, informaron fuentes asociativas, se registra un aumento en la llegada de migrantes subsaharianos dispuestos a cruzar por mar a Canarias.
La Ruta Canaria, una de las más peligrosas del mundo, superó hasta finales de noviembre los datos de todo 2023, con 41.756 personas rescatadas, el número más alto desde que Frontex tiene datos (2009).
En 2024, el cambio en esta ruta vino de Mauritania, país que ha sustituido a Senegal como principal punto de salida de cayucos y visto aumentar la presión migratoria. Las detenciones y expulsiones de migrantes llegaron a las 11.000 personas a finales de octubre, frente a las 9.500 de todo 2023, indicó a EFE una fuente de seguridad mauritana.
Una buena parte provienen de Mali, país vecino sumido en una grave crisis de seguridad, y su número no deja de aumentar. Solo en el campo de refugiados Mberra, en el extremo sureste del país, a 31 de octubre había 113.743 personas, frente a las 92.375 de finales de 2023, según Acnur. EFE
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