Velas y redes de camuflaje ayudan a los soldados ucranianos a afrontar el frío y la nieve

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Rostyslav Averchuk

Leópolis (Ucrania), 19 dic (EFE).- Los ucranianos se movilizan para ayudar con redes de camuflaje y velas de trinchera a los soldados a hacer frente al frío y la nieve en el campo de batalla mientras los combates no hacen más que intensificarse pese a la llegada del invierno.

A pesar de las bajas temperaturas, se trabaja a toda máquina en un pequeño cobertizo donde Svitlana y Natalia, o "luciérnagas" como ellas mismas se llaman, se apresuran a producir cientos de dispositivos de calefacción improvisados conocidos como "velas de trinchera", para enviarlos al frente lo antes posible.

El edificio está abierto para que entre un poco de aire fresco mientras se funde la parafina en varias ollas grandes sobre una estufa de leña.

Una vez lista, Natalia, contable de profesión, vierte con confianza el líquido caliente en botes de hojalata de distintos tamaños, que son recogidos por varios voluntarios y alineados en una mesa cercana.

Svitlana, que ejerce de psicóloga en su día a día, se afana en rellenar las latas con cientos de pequeños trozos de cartón.

"Tenemos que darnos prisa para ayudar a los nuestros", dice a EFE.

Aunque la mayoría de los soldados están ahora bien equipados con ropa y calzado, aún pueden sufrir congelaciones, al tener que permanecer en posiciones o luchar a la intemperie durante días, explica Svitlana.

En medio del intenso frío, los soldados se enfrentan a la amarga disyuntiva de permanecer calientes o arriesgarse a ser detectados por el enemigo, que utiliza dispositivos de visión térmica y drones para encontrarlos y bombardearlos.

Una vez que la parafina se endurece en las latas, las velas de trinchera pueden arder durante horas, pero emiten menos calor que los fuegos abiertos o las estufas, por lo que son más fáciles de ocultar, aunque el riesgo nunca desaparece del todo.

Algunos soldados utilizan almohadillas o plantillas térmicas químicas, pero siguen llegando peticiones de velas.

Las más pequeñas pueden guardarse en un bolsillo y utilizarse para calentarse las manos, mientras que las más grandes se colocan dentro de estufas o se encienden para ayudar a los soldados a calentarse, secar la ropa o cocinar alimentos.

"Imaginar que alguien lo enciende lejos, en el este, y dice: '¡Dios mío, qué bien, qué calor!', me motiva para seguir adelante", dice Natalia mientras tose con frecuencia.

"Si tenemos frío, podemos entrar a calentarnos. Los soldados no pueden permitírselo", subraya Svitlana.

Otro reto ha surgido después de que los árboles perdieran su follaje y la nieve cubriera los campos.

Para ayudar a los soldados ucranianos a ocultarse a sí mismos y a su equipo de los drones enemigos que sobrevuelan el campo de batalla en busca de objetivos, decenas de voluntarios tejen redes de camuflaje, utilizadas para cubrir desde las trincheras hasta las defensas antiaéreas y los tanques.

Con movimientos seguros y rápidos, atan cientos de tiras de poliéster a varias redes tendidas verticalmente en una sala de tamaño medio en el centro de Leópolis, mientras intentan evitar patrones repetitivos que puedan captar la atención del enemigo.

Nina, antigua profesora universitaria, viene todos los días a preparar las tiras de tela recortadas. Verdes o marrones durante el verano, ahora llegan en diferentes tonos de blanco y gris.

"Cada pedido viene con una descripción detallada de la zona para que podamos elegir los colores adecuado", explica a EFE.

Los voluntarios, el mayor de los cuales tiene 86 años, trabajan en tres turnos, ya que la demanda de los soldados es muy alta.

"Solo este mes hemos producido el triple de camuflaje que hace dos años", asegura Olga, coordinadora de la iniciativa.

Las redes, aunque de mejor calidad que las equivalentes fabricadas en serie, no pueden ofrecer una protección completa, pero ayudan a ocultar lo que hay debajo, explica.

No solo ayudan a salvar valiosos equipos, sino que también salvan las vidas de los soldados, explica Vira, cuyo hijo lucha en el este.

Mientras el Ejército ruso sigue avanzando, los voluntarios encuentran apoyo entre ellos y en la respuesta que reciben de los soldados.

"Necesitan estas redes y eso nos anima a mantenernos fuertes y seguir trabajando", afirma Nina. EFE

(foto)(vídeo)

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