Redacción Ciencia, 19 dic (EFE).- Gracias al registro fósil de huesos y caparazones podemos saber cómo los animales han evolucionado, y en algunos casos, se han extinguido en los últimos 500 millones de años. Ahora, un nuevo análisis científico ha ampliado el árbol de la vida hasta hace casi 2.000 millones de años.
El nuevo catálogo se ha basado en una recopilación mundial de datos fósiles y muestra las oscilaciones en el recuento de especies de la vida antigua.
El trabajo, cuyos detalles se publican este jueves en la revista Science, es un análisis de alta resolución de la diversidad global del Eón Proterozoico, hace entre 2.500 y 539 millones de años, cuando la vida (principalmente pequeños organismos y esponjas que no eran capaces de desarrollar esqueletos minerales) dejaron menos rastros fósiles para estudiar.
El registro ha sido realizado por el Instituto Politécnico de la Universidad de Virginia y hecho en colaboración con investigadores de las academias de ciencias de Rusia y China, y de las universidades de California en Santa Bárbara, Princeton, Missouri y la de California en Riverside.
El equipo analizó específicamente los registros de antiguos eucariotas marinos, organismos cuyas células contienen un núcleo.
Los primeros eucariotas evolucionaron más tarde hasta convertirse en los organismos pluricelulares a los que se atribuye el inicio de una nueva era de la vida en la Tierra: animales, plantas y hongos.
"Es el análisis más completo y actualizado de este periodo hasta la fecha, y lo que es más importante, hemos utilizado un programa de correlación gráfica que nos ha permitido alcanzar una mayor resolución temporal", explica Xiao.
El nuevo análisis revela que aunque las especies antiguas evolucionaran más lentamente y duraron más, el ritmo de la evolución se aceleró tras las glaciaciones mundiales.
El estudio concluye que los primeros eucariotas surgieron hace no más de 1.800 millones de años y evolucionaron gradualmente hasta alcanzar un nivel estable de diversidad entre hace unos 1.450 millones y 720 millones de años, un periodo conocido como 'los mil millones aburridos', en el que las tasas de renovación de especies eran notablemente bajas.
Es posible que las especies eucariotas de los 'mil millones aburridos' evolucionaran más lentamente y duraran más que las posteriores, según el estudio.
Después, el cataclismo: La Tierra bola de nieve, una espiral de descenso de las temperaturas, selló el planeta en hielo al menos dos veces entre hace 720 millones y 635 millones de años. Cuando el hielo se descongeló, la actividad evolutiva se aceleró y las cosas dejaron de ser aburridas.
"Las edades de hielo fueron un factor importante que reajustó el camino evolutivo en términos de diversidad y dinámica. Observamos una rápida renovación de las especies eucariotas inmediatamente después de la glaciación. Es un hallazgo importante", comenta Xiao.
Estos patrones, según Xiao, plantean muchas preguntas interesantes, como ¿por qué la evolución eucariota fue lenta durante los 'mil millones aburridos'?, ¿qué factores elevaron el ritmo de la evolución tras las glaciaciones?, o si ¿fue una carrera armamentística evolutiva entre distintos organismos lo que impulsó a las criaturas a evolucionar con rapidez?.
Los autores creen que en el futuro los científicos podrán utilizar este nuevo registro para responder a todas estas preguntas y comprender mejor la compleja interacción de la vida en la Tierra y la Tierra misma. EFE