(Bloomberg) -- Si bien los máximos dirigentes chinos han señalado un mayor estímulo para ayudar a impulsar la demanda de consumo, eso no significa que Pekín vaya a desplegar un paquete “bazuca”, ni que vaya a abandonar su enfoque en el sector manufacturero.
Los altos funcionarios respaldaron la semana pasada su postura más firme a favor del crecimiento en una década, indicando un mayor gasto público y más recortes de las tasas de interés. Impulsar el consumo se elevó a la máxima prioridad por segunda vez en una década, incluso antes de que los datos publicados el lunes mostraran una desaceleración inesperada del gasto minorista.
Los economistas y los gobiernos extranjeros llevan mucho tiempo deseando que los funcionarios reequilibren la economía china, en la que la explosión de las exportaciones ha puesto a Pekín en la senda de un superávit comercial récord mientras la demanda interna languidece. Pero las recientes medidas insinuadas probablemente se quedarán cortas respecto al tipo de acción radical que los analistas creen necesaria para frenar una espiral deflacionista y rescatar el mercado inmobiliario.
Las tasas de interés de los bonos, alarmantemente bajos, indican el desafío al que se enfrentan los responsables políticos para reavivar la confianza que es fundamental para el gasto. Aunque el lunes los funcionarios prometieron aumentar drásticamente la financiación de un programa que subvenciona artículos de consumo de gran valor, hasta ahora ese impulso ha tenido un efecto limitado, ya que los consumidores siguen ahorrando debido a un mercado laboral sombrío.
El Partido Comunista se enfrenta a una “larga, larga batalla” para reactivar la economía, dijo Robin Xing, economista jefe para China de Morgan Stanley, añadiendo que 2025 “será el año de los intentos”.
“Intentarán muchas cosas, verán que no es suficiente y seguirán intentándolo”, dijo Xing a Bloomberg Television. “Quizá en 2026 encuentren por fin la dosis adecuada de políticas: una combinación de estímulo centrado en el consumo sumados a una reforma de la red de seguridad social”.
El estímulo de la demanda interna aún no representa un giro fundamental de la gran estrategia del presidente Xi Jinping para que la fabricación de alta tecnología impulse a la segunda economía del mundo. Estimular a los consumidores chinos protegerá al preciado sector fabril si una guerra comercial con Donald Trump recorta el acceso de China a los mercados internacionales.
Las próximas medidas de estímulo de Pekín podrían llegar esta misma semana. Se espera que la Reserva Federal recorte las tasas de interés el miércoles, lo que crearía un margen de flexibilización para el banco central chino.
Nota Original: China Will Keep Trying to Spur Consumption Without Big Stimulus
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